Conoce a Isabel Arraiza, autora de «La escuelita Do-re-misteriosa», Premio El Barco de Vapor de 2009, colección azul, para primeros lectores. Encuéntrate con ella en Yo también soy lector, en el Festival de la Palabra, jueves 20 de octubre de 10:00 a.m.- 10:45 a.m. y de 11:00 a.m. – 11:45 a.m.
Categoría: Literatura Vegabajeña
Doña Maribel, un valor para los vegabajeños
EXTRAORDINARIA MUJER……..DIOS LA BENDIGA SIEMPRE!




CUENTOS DE MARIBEL…charla ofrecida a los estudiantes del Colegio Nuestra Señora del Rosario por la Sra. Maribel T. De Suárez, escritora infantil, juvenil y del ambiente en la FERIA DEL LIBRO.
Jesús M. Guzmán de León (Cú): En memoria de mi amigo Julio Meléndez
Adrian Santos Tirado: Julio Melendez
Julio Meléndez (1924)
por Adrian Santos Tirado
(Escrito para Vega Baja, su historia y su cultura, 1987)
Mister Meléndez, le llaman familiarmente sus discípulos y amigos. Es, tal vez, el más célebre de nuestros escritores vegabajeños, tanto por sus sabias lecciones en las clases de español y literatura que ha impartido en este pueblo en el nivel secundario y colegial por más de 40 años, como por su variada y rica producción literaria. Su obra más lograda en este campo la encontramos en el cuento y la novela, aunque de su incansable inquietud creadora nos ha dejado, hasta el momento, una variada producción en otros géneros, como el teatro, la poesía, el ensayo y la música.
Su participación en el desarrollo de la vida intelectual vegabajeña de los últimos 40 años se puede considerar decisiva. Su profundo conocimiento, dominio de la literatura española, hispanoamericana y puertorriqueña, y su formación humanística han contribuido siempre a convertir, sin proponérselo, su salón de clases en centro cultural, ¡y hasta su casa! en pequeño y animado ateneo de la localidad.
De toda su obra- donde en diversos géneros literarios se le pueden anotar numerosos aciertos- es en el cuento donde, a nuestro parecer, consigue logros indiscutibles comparables con la mejor producción a nivel de la Isla y del exterior. Estamos seguros que, de no haber sido Julio Meléndez tan poco dado a la publicidad y a retener inédita en sus archivos gran parte de su obra literaria, la misma ocuparía hoy un lugar mejor privilegiado en nuestra literatura insular, e inclusive, hispanoamericana.
Su libro El telar de las sombras (1970), reúne, a nuestro entender, sus mejores cuentos, donde, indudablemente, encabeza estas narraciones el cuento de carácter antológico “El descenso”. Este es un cuento donde se advierte el magistral manejo de todos los recursos que llevan al logro de una buena pieza en este género: desde la economía del tiempo- espacio, figuras poéticas, manejo del tiempo interior o sicológico, y la retrospección, entre otros.
Además, hay en este libro varios cuentos por los que sentimos especial preferencia, no sólo por su excelencia, sino por el ambiente de “realismo mágico” que los envuelve, tan en boga después de aparecer Cien años de soledad, del colombiano Gabriel García Márquez. Por ejemplo: en “El alcalde de Paguayo”, y “El acto de confesión”, nos encontramos con la creación de ese lugar o pueblo imaginario, fantástico, surrealista; ecos y reflejos del Macondo garciamarquiano. En el cuento “El acto de confesión”, el protagonista, atacado por “una extraña dolencia (que) lo fulminó como a una hoja”, se negaba a morir: “Ya nadie se acordaba en Paguayo, desde cuándo había caído postrado”… “A los sesenta días de postración, ya nadie rezaba ni lloraba en casa del enfermo. El hedor convivía con todos los vecinos como un allegado cualquiera. Todas las mañanas era raspado de los muebles y anaqueles y quemado con la demás basura. Era como un hongo verde y descompuesto que caía sutilmente sobre todo el pueblo de Paguayo. Pero nadie protestaba.”
Veamos el poder sugestivo que hay en este otro párrafo en el cuento “El alcalde de Paguayo”: “La noche crujió entre los huesos de Manuel. Un vaho de silente martilló sobre sus ojos. Y el sueño lo arrastró más allá del llano. Ya la mujer flotaba bajo la sábana oxidada de la cama.”
El sagaz crítico literario, profesor Eliécer Narváez Santos, nos dice sobre la obra novelística, cuentística y poética de Julio Meléndez: “Siempre se destaca el excelente narrador, el que tiene un dominio técnico del género; y posee una gran capacidad para la inventiva de asuntos y de situaciones, a veces insólitas; quien tiene la capacidad para valerse de los recursos expresivos que pone nuestra lengua a su disposición; un autor con una gran experiencia vital, y que sabe usar diligentemente.”
Otras obras de Julio Meléndez son: La Carne Indócil (1964) (Cuentos); Literatura Vegabajeña (1967) (antología poética); El buitre y la carroña (1969) (novela); La noche de Caín (19?) (teatro); Maldita Tierra (1989) (novela); y, A las afueras del tiempo (1995) (cuentos).
Tiene inéditos varios tomos de poesía: Caminario mudo, Sonetos deshilvanados y Poemas de las contemplatividades. Taíno, uno de los periódicos de más larga duración en este pueblo, le tuvo como su editorialista. Editó y dirigió el mensuario El Petardo, “constituido en órgano de vigilancia cívica… ha defendido puntos positivos en el quehacer Vegabajeño.”
Posee una Maestría en Artes y Español de la Universidad de Puerto Rico, 1962.
La soledad del agua
El agua ya ha escogido su pureza
y afinado sutil su transparencia,
para no presentar otra apariencia
que no sea su propia sutileza.
Ya en cristal ha pulido su fineza
al cruzar sobre el éter su presencia.
Y ha rendido toda su disolvencia
para mostrar intacta su grandeza.
Si del agua entendiera lo infinito
que sosiega la sed apresurada,
emprendiera mi voz otra jornada.
Y ya no fuera voz. Fuera ya un grito
resonando con fuerza en la remota
soledad que penetra en cada gota.
Viviré así en ti
No sabrá el agua de la sed que tengo
ni temblará el camino con mis pasos,
pasarán sólo mis huellas solitarias,
yo seguiré atrás descalzo…
Me arrimaré a tus labios como un sueño
y en tu sueño no seré más que una sombra.
Los soles apagados
me ofrendarán su lumbre,
y mis ojos temblarán si alguien te nombra.
Sembraré de cal el trillo seco
y la yerba se hundirá bajo el guijarro,
habrá un eco repetido siempre,
habrá siempre una espera entre mis manos.
Y yo intangible en el recuerdo,
como lanza de fugada esencia,
seré en tu boca una queja muda
y en tu cerebro una duda incierta.
Yo pasaré imperceptible
hecho polen sin presencia,
tal vez hecho esporas en tu aliento,
tal vez hecho brisa sin empeño.
Pero siempre presente en lo infinito
sin que aciertes a sentirme,
sin que pueda saber si es que me sientes.
Llevaré el crucifijo a cuesta larga
y besaré las piedras aún calientes.
Tu quedarás como el rocío
que no siente el cierzo que lo besa,
que pueda habitar sobre la espina
igual que sobre un pétalo.
Pero no escucharás el nervio de mi pulso
ni el trémulo inseguro de mis pasos,
pasarán sólo mis huellas solitarias,
yo seguiré atrás descalzo.
Fallece Don Julio Meléndez

Danilo nos acaba de informar la partida al sueño eterno de su padre, el gran vegabajeño, Julio Meléndez.
Don Julio fue un polifacético. Algunos le conocimos como maestro, profesor, músico, deportista, escritor de todos los géneros y un gran conversador.
Parte de nuestra humilde cooperación al pueblo vegabajeño se inspira en su contribución al periodismo como un medio de cambio. El no sólo fundó prensa local sino que participó como colaborador y consejero en muchas de las publicaciones y hasta escribió la primera historia del periodismo vegabajeño para el libro Vega Baja, su historia y su cultura.
Muchos de los espacios de este día en este diario y en los medios de interacción social tienen que ocuparse de Julio Meléndez y de la familia que deja con un gran legado histórico. Ese hombre de fidelidad absoluta a Generosa, su esposa, a Marién, Edán y Danilo, de una fibra moral incorruptible y de un quehacer constante, hay que hacerlo conocer para quienes no tuvieron ese privilegio. Y para los que le conocimos, tenemos que comenzar a relatar el viaje de su vida, a rebuscar su obra y a ver las imágenes conque sus ojos de investigador, analista e inspirador vio a la humanidad en su tramo de existencia.
La dimensión de su vida alcanza la talla de un prócer vegabajeño. Honrémoslo.
Nuevo libro de vegabajeña Isabel Arraiza Arana
Hay que reunir a la historia y la literatura vegabajeñas
Por Thomas Jimmy Rosario Martínez , Investigadores de la Historia Vegabajeña
La historia se nutre de la vida. Por eso puede abarcar temas diversos, desde la vida de las personas y los grupos sociales, la naturaleza, el universo y hasta las ideas. Dentro de esa perspectiva amplia, es que tenemos que estudiar la historia de Vega Baja.

Hay vegabajeños que han estudiado y escrito sobre temas específicos de la historia vegabajeña. Julio Meléndez incluso escribió el libro Literatura Vegabajeña, tema que ha cultivado toda su vida. Ese, a mi juicio, fue el primer libro que se publicó sobre historia vegabajeña en la década de 1960. También escribió sobre periodismo para el libro Vega Baja, su cultura y su historia y son innumerables los escritos sobre distintas temas de nuestro pasado que cultivó.
Hay quien puede pensar que no hay una literatura vegabajeña suficientemente definida para nombrarse como tal. Aun el autor, Don Julio, en un gesto de honestidad intelectual, cuestionaba el nombre de su libro. Pero lo que quiso plantear con su obra era una presencia de vegabajeños con pensamientos locales y un entorno local. Y marcó un hito en nuestra historia local con su trabajo.
Cuando los vegabajeños hemos escrito cuentos, novelas o poesía o cualquiera otra clase de literatura, lo que hemos hecho es expresar nuestro sentir y nuestro pensar sobre distintos asuntos. Esa liberación de la interioridad de nuestra mente está asociado con la época, la sociedad y nuestra creatividad y refleja mucho de lo que nuestros sentidos y nuestra inteligencia cocina en nuestros adentros.
Al hablar de historia, tenemos que hablar de literatura y escudriñar ese pedazo de la historia que hay, a veces escondido o expresamente expuesto en cada escrito.
Cada literato tiene que ser biografiado. Esa es labor de los historiadores y los investigadores de la historia. Y cada obra tiene que ubicarse en tiempo y espacio, a veces evidentemente expresado en una realidad narrada o a veces enmascarada en el desarrollo de una trama. Siempre la base de la literatura genuina se basa en ideas que nos pueden ayudar a entender nuestra perspectiva desde nuestro interior. Buscar esos puntos de referencia debe ser parte de nuestro viaje literario.
La literatura no es producto de vagos que no tienen nada que hacer. Nuestros escritores se dedican a pensar y a crear y es nuestra obligación reconocer su valor de compartir sus originalidades. Por eso quiero concluír mi escrito invitándolos a buscar y encontrar a nuestros escritores y a renovarles su presencia en nuestro mundo actual, además de reconocer la labor que los nuevos pinos están realizando.
Hay que revisitar a José Gualberto Padilla, Julio Meléndez, Agustín Alvarez, Adrián Santos Tirado, Trini Fontánez, Violeta Landrón, Israel Cortés, Ebrahim Narváez, Diosdado Cano, Casilda Santos, Aida Amador y los Poetas del Cibuco por mencionar a algunos, pero son muchos más y muy buenos escritores. Tenemos que volver a sentir las imágenes que nos nutren el alma y la sensibilidad que nace en nuestros lares.
Tenemos que unir la historia a la literatura para conocernos y entendernos mejor.
El Grillo y las Hormigas (fábula)
Por Diosdado Cano Rodríguez
Erase una vez que lo parecido era solo el revés…
En la Cueva de las Golondrinas, por el piamonte cálcico de la vega baja del naranjal que da refugio de la lluvia y el calor tropical a los que allí acuden, se encontraba un grillo viejo, criticón y amargado. Cebado de la caridad del entorno. Allí y entonces se imponía con su ensordecedor ruido, frente a la sutil paciencia respetuosa de los que él cuestionaba y ofendía desde su torre panóptica, acusándolos con su ácido sentencioso e imprudente.
Así de tanto criticar a todo y a todos, ensordecía molestamente, con la repetición de su discurso contradictorio en su versión de lo que creía, era la verdad. Claro está, no era más que su verdad singular producto de sus prejuicios, acaramelados y entrecogidos con una aparente pulcritud mentida.
Les gritaba a todos, de día y de noche.
Abusaba de la paciencia de las hormigas, las termitas y de todos.
Pero él no hacía nada productivo.
Nada de nada, solo joder, como dicen algunos humanos que de vez en cuando trashuman estos parajes. Unos curiosos y otros a hacer lo que ellos mismos se ha prohibido hacer insensatamente.
El grillo, no hacía nada por miedo. Miedo al fracaso, pues al tomar una acción o elegir una cosa o acción en otras, se está expuesto al fracaso frente a los demás y se expone a la crítica ajena.
Así un miedo lleva a otro miedo y otro, lo que lo refuerza como indeseablemente rotundo ante la consciencia del criticón auto conceptuado como pulcro.
Solo los valientes aceptan ese riesgo, producto natural e inevitable de las contradicciones implícitas en nuestros pensamientos y actos.
La libertad de elegir es indeleble, pues pertenece a estructura misma de la conciencia.
Sumido en este dilema, el grillo se enloda con la injusta desnaturalizante, sin que le importe las consecuencias de las afecciones emocionales que inflige a los demás de sus acusaciones.
Y su día lo convertía en noche.
Por otro lado al grillo no le importaba que a veces le hicieran caso, algunas de las hormigas rojas del hormiguero o las termitas del comején del árbol que se balanceaba hacia el cielo azul, pues cuando lo hacían, él inconforme les criticaba, o porque no hicieron a tiempo o no hicieron de la manera que él lo hubiera hecho o porque gastaron mucho o porque, No sigo porque en eso de buscar defectos, no había quien lo superase.
Como consecuencia de haber criticado tanto, él temía que si hacia algo, los demás le devolvieran a manera de eco coreado, las criticas particulares e hirientes que acometió, mas de una vez, impropios injustos e insolentes.
A todos les encontraba defectos. Era el dueño de la verdad absoluta o así pensaba él.
Un día se enfermó, pues la amargura consume el corazón del que la carga, haciéndole más daño a él, que sus víctimas. Y fue entonces que se vio reflejado en el charco de baba que había salido de su boca.
Y aquel día, se acercaron con su apoyo generoso, los demás habitantes de la cueva y su entorno, liderados por las hormigas y las termitas, con la piedad y la paciencia que habían aprendido de las agresiones abusivas del grillo, y acudieron a su auxilio.
La vergüenza se volvió angustiosa a su alma del grillo desde su conciencia. Pues es la angustia es inmanente al ser y subyacente a la libertad originaria consecuente en la responsabilidad de ello implica. Así el castigo torturante por sus abusos vino desde su interior. Pues al final no le podemos echar culpa a nadie por nuestros actos.
Todo va de la hemostasis al caos y de regreso.
Fin
Moraleja:
“No es el que más grita, quien es el dueño de la verdad, pues ella es temporal, cuestionablemente subjetiva y relativa.” DCR
* * *
Nota: Las fabulas son narrativas falsas en que los personajes son animales enmarañados en dilemas contradictorios y angustiosos, propios de los seres humanos. Lo aquí incluido no es en referencia nadie. Si alguien se siente aludido, es por su entera responsabilidad pues ya les dije y las fabulas son literatura.
Diosdado Cano Rodríguez, MAED, MPA.(poeta, cuentista y fabulista.) vegabajeño.
Elsia Cruz Torruella (Siluz)| La abuela que quiero ser
Lois Wise
Buscando frases célebres sobre abuelos encontré, en varios sitios en Internet, unas respuestas que, según el artículo, dieron unos niños de ocho años a la pregunta: ¿Qué es un abuelo?
• Los abuelos son una señora y un señor que como no tienen niños propios les gustan mucho los de los demás.
• Un abuelo es una abuela pero hombre.
• Los abuelos son gente que no tienen nada que hacer, solo están ocupados cuando nosotros los vamos a visitar.
• Los abuelos son tan viejitos que no deben correr.
• Los abuelos son personas con las que es bien divertido salir de compras.
• Cuando salimos a pasear con ellos, se detienen para enseñarnos cosas bonitas como hojas de diferentes formas o un ciempiés de muchos colores.
• Ellos no nos dicen:»Apúrate!»
• Por lo general, las abuelas son unas señoras bien gordas pero así y todo se agachan para amarrarnos los zapatos.
• Son unos señores que para leer usan anteojos, siempre los pierden y cuando me he quedado a dormir con ellos usan unas ropas bien cómicas.
• Algunos abuelos tienen papás, esos si son bien viejitos, la mamá de mi abuelita, se puede quitar las encías y los dientes…..a la misma vez.
• Nos responden preguntas como:»Por qué Dios no está casado? o Por qué es que los perros persiguen a los gatos ?
• No les importa contarnos el mismo cuento varias veces y les encanta leernos historias.
• Todo el mundo debe buscarse unos abuelos, son las únicas personas grandes, que siempre están contentas de estar con nosotros.
• Ellos saben que antes dormir podemos comer «algunas» chucherías, antes de acostarnos, les encanta rezar con nosotros y nos besan y consienten aunque nos hayamos portado un poco mal.
• A un niño de 6 años le preguntaron donde vivía su abuelita y él contestó: Ella, ella vive en el aeropuerto, cuando la necesitamos vamos allá y la buscamos y cuando queremos que regrese a su casa la volvemos a llevar a su aeropuerto.
No sé si son auténticas o no estas respuestas, pues algo similar leí en otra revista y aparecía como una respuesta escrita por una sola niña. Pero sean reales o no, me pregunté cómo me gustaría que contestaran mis nietos a la misma pregunta.
Quisiera que dijeran:
Mi abuela es la que:
• me canta canciones de cuna y me enseña trabalenguas, poemas y adivinanzas.
• me habla de Blanca Nieves y Caperucita pero también del Che y de Albizu.
• juega conmigo a «ambos a dos» y al esconder» y se vuelve loca con el «wii»
• me presta sus dominós y su computadora.
• canta temas de Serrat pero también de Calle 13.
• grita conmigo “échaleeeeeeeeee” y “gooooooooooooooool”
• me da la bendición y le pide a mi ángel guardián que me proteja cada noche.
• prepara el arroz con longaniza más rico del mundo pero también le encanta mandar a pedir una pizza.
• me compra una barquilla aunque me embarrre porque ella también quiere una.
• me deja mojarme con la manguera cuando hace mucho calor.
• le echa un poquito de azúcar a la ensalada y un hielito a la sopa para que no me queme.
• pega en su pared cada una de mis obras de arte, donde un día estuvieron las de sus hijos..
• me compra disfraces y me maquilla de monstruo aunque no sea día de Halloween.
• en la playa, me lleva a caballito hasta lo hondo y hace conmigo castillos en la arena.
• se siente orgullosa de cada participación mía en la escuela y me ayuda con las tareas.
• quiere llevarme a conocer cada rincón de nuestra isla y que me sienta orgulloso de ser boricua.
• extiende los brazos cuando necesito un abrazo, un mimo, un beso, una falda, una sonrisa.
• quiere que la recuerde como ella recuerda a la suya.
• quiere que piense que: “abuela es la mejor”
Descubre más en https://www.facebook.com/escribiendoenvozalta
Diosdado Cano| Existencia y libertad

*
Existir es estar en este lugar que rodean las estrellas
y relacionarse por los sentidos con las cosas y los seres,
con actitud trascendente entre angustias y placeres,
dirigiéndonos siempre inquisidores hacia ellas.
Es salir de la singular conciencia para integrarse,
con este mundo que evoluciona eternamente.
Es algo activo, continuo y complejo plenamente,
pasando entre todo, con afán de interesarse.
Y así vamos de manera expectante y consciente,
cuidándonos y ocupándonos de las cosas.
Las ambigüedades omnipresentes nos acosan,
mientras construimos nuestro imaginario inherente.
Ambiente de conjunto de complejas relaciones
útiles entre sí y respecto al hombre, siempre cambiante
Así se constituye el espacio del humano inconstante
entorno al tiempo limitado y entre contradicciones.
La libertad es la llave a las omnímodas posibilidades.
Nacemos con ella, intrínseca e inalienablemente.
Somos responsables de ella en nuestro cuerpo y mente
y sin que nos absuelvan excusas, ni vaguedades.
Únicamente así, podemos hacernos a nosotros mismos.
Lo máximo y lo mínimo, están en ese camino.
La razón descubre la realidad de nuestro sino.
Los sentimientos y la angustia embullen en sincretismo.
Existir es un absurdo, sin objetivo centrado y claro.
Vamos sin rumbo enfrentando contingencias.
No hay nada que pueda explicar la existencia.
Aquí estamos juntos y solos por desamparo.
Somos libres para escoger sin garantías de nada
y cosificarnos es negar nuestro ser constante.
Decidir es un riesgo recurrente y apremiante
en esta selva de cazadores, presas y carnadas.
DCR / 19, IV, 2013.
Del libro “Espejismos Imaginarios en la Temporalidad”.
Poemas y Fábulas.
——————————-
Diosdado Cano, el escritor

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez DVPR
Hace como un mes que Diosdado Cano Rodríguez me entregó ejemplares de sus primeros dos libros. Los publicó en uno de sus viajes al extranjero en ediciones compactas y económicas.
El no es un poeta reconocido solamente porque no es conocido. Aunque por medio del Diario Vegabajeño y del Diario Vegabajeño de Puerto Rico hemos incluído muchos de sus escritos, ensayos y poesía, hacía falta la agresiva nota de la colección que hizo en esos dos primeros tomos de su obra.
Tanto en su poesía como en su prosa, tiene profundas preocupaciones por el ser humano. Aunque el tema religioso no lo describe, sí hay una ocupación constante por los temas espirituales y mentales.
El que no lo ha tratado mucho, le preocupa su intensidad. Tiene un carácter a veces intimidante y sentencioso que lleva su expresión personal al borde del infarto de su interactor. Pero es a él a quien le han dado tres infartos, porque en sus adentros es una persona sensible, generosa y servicial.
La suma de su energía interna está en lo que escribe. Su poesía y su prosa refleja su personalidad polifacética. En general, hay mucho de la observación de la naturaleza humana y las ejecutorias de los seres. El Diosdado reflexivo y el instintivo de sus versos e imágenes no nos dejan en la duda de lo que pensó el autor ni de lo que nosotros pensamos en esa provocación.
Durante la semana que se inicia el domingo, presentaremos parte de la obra de nuestro amigo del alma, ciudadano ejemplar y de una historia de servicio a los vegabajeños que merece historiarse.
Debe estar conectado para enviar un comentario.