
Palabras ante la Orden del Mérito Civil en Grado de Encomienda
31 de octubre de 2014
Elsa Tió
HAGO MÍO EL SALUDO PROTOCOLAR.
Saludos a las autoridades y amigos que se encuentran con nosotros.
Que de vueltas y vueltas que da el tiempo antes de detenerse a ser destino, dice el verso. Y por esas vueltas del destino, les cuento que en 1875, mi tatarabuelo, el patriota, poeta y médico José Gualberto Padilla que había sido considerado para recibir la Cruz del Comendador de Isabel la Católica, pero no le fue concedida. No nos puede extrañar que así fuera. Con el pseudónimo El Caribe, había esgrimido su filosa pluma para defender a Puerto Rico de las afrentas del poeta español Manuel del Palacio. Sus versos satíricos y agudos fueron publicados bajo el título Para un Palacio un Caribe lo que selló su exclusión el reconocimiento. Entonces, no otorgárselo fue su mayor honor. Luego, en el siglo XX, recibió esta distinción mi padre el escritor, humorista y poeta Salvador Tió Montes de Oca por su amor e incansable defensa del español, el mismo honor que hoy recibe nuestra más excelsa y universal intelectual, Luce López Baralt y no sólo por su inagotable conocimiento, sino por la emoción, la excelencia, la luz y pasión que imprime a su obra.
Es para mí un honor recibir la Orden del Mérito Civil en grado de Encomienda del Rey Felipe VI de España junto a Caridad Sorondo, que desde su sensibilidad e inteligencia revolucionó la forma de hacer T.V. cultural en Puerto Rico con su galardonada serie de prestigio internacional titulada; En la punta de la lengua. y pienso en sus Molinos de Viento en La Ruta del Quijote que produjo en su serie de este mismo nombre , que movieron también las astas de la amistad entre escritores de varios continentes ..
A las tres nos une este amor compartido por esta gran lengua que es también nuestra patria, que tiene el poder de transformar nuestra geografía, porque geográficamente somos una isla, pero culturalmente somos un continente. Formamos parte de una lengua mayor que hablan más de 400 millones de hispanoparlantes y viene a mi mente las palabras que escribió un niño en un taller de poesía que ofrecí en una escuela pública: Yo amo a mi lengua, mi lengua es buena y hermosa como mi madre.
Recibo este reconocimiento a nombre de los estudiantes del pueblo de Aguadilla de la Escuela San Carlos. Ellos acaban de clamar públicamente para que no se atrofie el español y lo expresan desde su corazón, no por ideologías, sino porque intuyen que el empobrecimiento de su lengua va de la mano del empobrecimiento del espíritu. Y me uno a su clamor para exigir que el Departamento de Educación fortalezca la enseñanza del español en las escuelas, porque es un derecho que tienen los jóvenes. No hacerlo equivale a un maltrato. Maltrato que no se reduce al infame maltrato físico. Se agrede también a los estudiantes cuando el sistema les debilita, les atrofia su inteligencia y capacidades expresiva al no poder escribir coherentemente un párrafo, ni expresar ideas y sentimientos. Hablan estos estudiantes sin sospecharlo desde un hilo conductor que viene de muy lejos.
Recibo también la honrosa encomienda a nombre de nuestra larga lucha de resistencia y dignidad que ya es centenaria en la que el pueblo de Puerto Rico, sus maestros, escritores, poetas, artistas y el pueblo han defendido heroicamente nuestra lengua, nuestra máxima señal de identidad. Lucha que le ganó en 1991 el Premio Príncipe de Asturias.
Sin ellos no estaríamos hoy aquí porque sin lengua no hay libertad, ni futuro, ni la poesía que nos permite transformar la emoción en arte, porque es parte de la creatividad de este pueblo y nos llega tan adentro porque estamos hechos de palabras, que es donde nace la creación. Y nos sentimos tan a gusto entre palabras bien colocadas, bien puestas, como la novia que se prepara para encontrarse con el enamorado, o como las palabras que se preparan para dar la batalla desterrando injusticias son las que surgen desnudas de poesía y dan abrigo al mundo.
Un país que se respete tiene que empezar por respetar su lengua. Salvador Tió lo alertó “Es demasiada íntima la relación entre pensamiento y lenguaje para que pueda pensarse que la desnaturalización de la lengua, no acabaría con la desnaturalización del hombre.
Poseemos una lengua llena de raíces enterradas en el alma que busca florecer, una lengua hecha de agua que tiene sed de justicia, y nos enseña a cantar en su fluidez y nos da el aire que nos enseña a volar y a conjugar el cielo con su manada de estrellas. Apartada de ella solo veremos sombras, porque como nos advirtió Gabriela Mistral, “fuera de su cultura el hombre estalla en el vacío”.
Estamos hechos de palabras. Por eso la poesía está en todas partes, está en nuestros afectos, en el tiempo, en la naturaleza, en la musicalidad de sus sonidos que nos marcan el ritmo y la canción. Nuestras realidades son también lenguaje. El lenguaje es lo que nos permite adueñarnos del mundo, poetizarlos, interpretarlo, y cómo conocernos a nosotros mismos. Amamos esta lengua porque tiene la capacidad de transformarnos. Porque es nuestro mayor activo, porque es el oro que encontró y recreó Neruda en esa mina apalabrada que nos enriquece la vida y que todos llevamos dentro. Nos dejaron el oro de las palabras poetas, que es donde nace el milagro del lenguaje que existe en cada uno de nosotros, es cuestión de extraerlas, son las inagotables y preciosas pepitas de oro es la veta que vive en la imaginación y en el impulso creador de cada generación, porque la poesía nos da fuerza de vida, y en esta tierra nuestra bendecida por extraordinarios poetas, nuestro pueblo también escribe décimas e improvisa sueños.
Recibo esta distinción como poeta porque nací cuando nació la isla en mis palabras, desde un mar hecho de pájaros , donde la lluvia vuela sobre las alas de las mariposas, y nació en mi la patria y los afectos cuando pude nombrarla Lo recibo con agradecimiento y humildad consiente que el poeta es también un escritor ciudadano y debemos vincularnos a los problemas del mundo, porque parafraseando un poema mío -una lengua que no se cuida es como un hijo que no se besa.
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