Por Thomas Jimmy Rosario Martínez| Fotos por Robert Rivera
Anoche fue noche de testimonios. Eso se refiere a experiencias personales relacionadas con la historia, a diferencia de la tradición oral y de sesiones para difundir el contenido de los proyectos de nuestros investigadores e historiadores. Con el asesoramiento del historiador Juan Carlos Rosario a quien consultábamos la veracidad o posibilidad de hechos históricos sobre nuestra ciudad y sobre Puerto Rico, los compañeros expresaban sus vivencias y conocimientos personales.
Gastón Berthinet Jiménez, un vegabajeño hijo de un francés y una boricua vegabajeña, nos habló de dos experiencias en su vida, relacionadas con la historia de Vega Baja. La primera, es el origen de las casas de bloques de barro que hay entre ellas, las casas del Dr. Fructuoso Sánchez Castaño y la de la Familia Arraiza en el casco del pueblo, la de la Familia Jiménez en la carretera 155 y la propia donde residía la familia Bethinet-Jiménez en su niñez en donde hoy día hay un laboratorio en Algarrobo. Esta última ha sido empañetada, pero aun conserva las paredes originales. Todas fueron construídas por un pariente de él, hermano de la educadora Doña «Ganguita» Reyes, matriarca de la familia Arraiza Reyes y madre del Lcdo. Manuel (Cácum) Arraiza, de Carmen (Puruca) Arraiza y José Luis (Chigui) Arraiza.
Las casas de este manera de construcción procuraban combatir el calor del trópico.
También recordó cómo el tren, que pasaba en Vega Baja por la parte atrás de su casa en el Barrio Algarrobo, hoy día una calle del Ojo de Agua, se escuchaba y se sentía más cuando viajaba de este a oeste, porque tenía que subir una cuesta, que cuando venía bajando de oeste a este, donde había una curva donde la máquina patinaba, como decía la famosa plena.
Gastón nos ha prometido compartir sus vivencias personales y familiares para continuar aportando al conocimiento de la historia vegabajeña.
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