Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Jan Martínez es un buen vegabajeño que tras habitar lejos de su pueblo, regresa. Ha caminado por el mundo de la educación y la creación en aulas universitarias y administrativas. En su desempeño, como lo fue de estudiante, ha destilado excelencia en el mundo literario.
Mañana viernes nos presenta la exposición HOMENAJES, acompañado de la presentación de su más reciente libro (Re)dobles.
Hace varios meses, Jan, quien vivió su niñez y adolescencia a unos pasos del Museo Casa Alonso y el Museo Casa Portela, hará su actividad en este último recinto de cultura, a las 7 de la noche.
Tenemos que recibir a este buen hijo de nuestra ciudad. En otros tiempos partió al destino de su vida alentado por los amigos y admiradores locales de su talento. Aquí se publicó su primer libro antes que en ningún otro encumbrado espacio por los que pasó en su caminar. Su regreso es la reafirmación de su humildad y el amor a los vegabajeños, que siempre llevó en su maleta de viajero.
Después de esa experiencia en el exterior, debemos abrazarlo y agradecerle su vuelta al nido. Mañana viernes, a las 7 de la noche en Museo Casa Portela.
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HOJA DE VIDA
Jan Martínez, poeta, narrador, critico literario y ensayista nació en Puerto Rico en el pueblo de Vega Baja, en el año de 1954. Los poemas y ensayos de Jan Martínez han sido publicados en numerosas revistas, periódicos y antologías de Puerto Rico y el extranjero. Durante los años que vivió en Nueva York (1984-1990) se desempeñó como columnista de El Diario/La Prensa, como escritor residente de La casa de la Herencia Cultural Puertorriqueña y como profesor en Lheman College. Dirigió la revista La Torre de la Universidad de Puerto Rico durante diez años y como las Series de Poesía Luna Nueva y Zinsonte. Actualmente, es profesor de literatura en la universidad Politécnica de Puerto Rico. Poesía suya ha sido traducida al húngaro. Ganó el Premio de Poesía de la Casa Cultural Dominicana en Nueva York y ha obtenido Premios del Pen Club de Puerto Rico y del Ateneo Puertorriqueño. Obras: Minuto de silencio (1977), Archivo de cuentas (1987), Jardín (obra escogida 1977- 1997, 1997), Prosas (per)versas (2000), La nueva sensibilidad (1995). |
EN NOMBRE DE LA POESÍA
1. ¿Cuáles son tus afinidades estéticas con otros poetas hispanoamericanos? JM Entre las voces hispanoamericanas que siento mayor afinidad debo señalar la figura de poetas de mi país como Luis Palés Matos y Francisco Matos Paoli. Entre los poetas latinoamericanos de mi preferencia debo destacar a Nicanor Parra, Oliverio Girondo, Pablo Neruda, Cesar Vallejo, Octavio Paz, Pedro Mir, Manuel Del Cabral, la poesía colombiana contemporánea, la venezolana, todo esto sin ánimo de agotar la lista, además de que me gusta mucho la poesía de los novísimos españoles y la poesía contemporánea española. 2. ¿Cuáles son las contribuciones esenciales que existen en la poesía que se hace en tu país que deberían tener repercusión o reconocimiento internacional? JM Mi país ha sido esencialmente un pueblo de poetas. Entiendo que es el género de mayor difusión en Puerto Rico obviamente luego del ensayo. Es también el género que menos se conoce en el exterior… En Puerto Rico, la poesía cardinal de Luis Palés Matos, Julia de Burgos, Francisco Matos Paoli, Evaristo Rivera Chevremont, Juan Antonio Corretjer, Clara Lair de nuestra modernidad deberían tener difusión internacional. De nuestro romanticismo los trabajos de José Gautier Benítez, Francisco Gonzalo Marín y Lola Rodríguez de Tió merecerían destacarse entre las voces cumbres del romanticismo latinoamericano. En el modernismo de principios de siglo, voces como las de José De Diego, Luis Lloréns Torres, Antonio Pérez Pierret entre otras podrían figurar junto a las otras voces canónicas del modernismo hispanoamericano. 3. ¿Qué impide una existencia de relaciones más estrechas entre los diversos países que conforman Hispanoamérica? JM Creo que la poesía siempre ha sido un genero marginal, de aquí su encanto, su sobrevivencia, pero también su poca difusión. En mi país, colonia norteamericana, la partida presupuestaria y el ánimo gubernamental para la difusión de las artes y la literatura es realmente pobre, a parte de no contar con embajadas ni agregados culturales. Esto junto a editoriales que son muy locales (aunque muy laboriosas y obstinadas en la publicación del género) y con sistemas de circulación reducidos hacen que nuestra poesía se conozca poco en Latinoamérica. |