A las seis de la mañana | Las medallas de la vida

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Por Thomas Jimmy Rosario Martínezlogo biblioteca electronica vegabajeña diminuto

El sacrificio de un atleta a veces se deja en el campo de juego, como lo hacemos en la vida fuera de los coliseos, canchas y parques. Hay atletas que se han incapacitado, muerto o como Culson, han sido descalificados.

La descalificación a veces es por causas deshonrosas. Crímenes, como la esquiadora de hielo Tonya Harding que mandó a atacar en una pierna  a su contrincante Nancy Kerrigan para que perdiera. También, uso de sustancias prohibidas, drogas o estimulantes por adicciones o intentos de tomar ventajas.

Algunos buenos prospectos, preparados para ganar, han sido desplazados por aquellos que hacen trampas. Eso es una injusticia humana que cada día es más estricta por los organismos reguladores. En Puerto Rico, se ha señalado a muchos jugadores en ese nivel inadecuado de competencia y han sido sancionados, suspendidos o retirados de por vida.

En Vega Baja, tuvimos al menos un boxeador de competencias internacionales que fue castigado, causando una decepción en nuestra ciudad. A los beisbolistas Iván Rodríguez y Juan (Igor) González se les señaló por un compañero de as Grandes Ligas que usaban esteroides. Recientemente, un jugador de Doble A fue suspendido por dar positivo a sustancias ilegales.

Cualquier error puede detener el curso de una carrera deportiva. Lo que se quiere en los juegos es competencia de igual a igual donde la diferencia la haga la inteligencia y las habilidades naturales del atleta. Alterar eso, no es aceptable, haya intención o negligencia en el desempeño.

Para personas que se dedican al deporte, el honor va acompañando su integridad. La ética personal y buena conducción deportiva es primero, seguir las reglas al pie de la letra. Violar una regla es hacer trampa cuando se hace intencionalmente, pero es negligencia cuando se hace por un exceso. En el caso de Javier Culson dudo de la intención  por su reacción de bochorno, vergüenza y frustración. Posiblemente estaba sobreentrenado y cuando eso ocurre, no se alcanzan los niveles de competencia adecuada. Sobreentrenar a veces ataca al sistema nervioso y ocasiona movimientos involuntarios.

Entre la mente de Culson y su cuerpo tiene que haber habido una batalla por cumplir. Parte de su entrenamiento es controlar su mente pero la mente también puede ser afectada por la ansiedad y la presión emocional. Eso tiene que haberle pasado a nuestro adorado atleta. Como consecuencia, perdió una medalla física y el momento de hacer historia.

Pero la reacción casi unánime de compasión le ha dado a Culson  algo mejor. Seguimos creyendo en ese campeón que mata las mejores ligas del mundo, porque le agradecemos lo que hasta ahora ya había logrado para darnos el espíritu de orgullo y solidaridad que ya habíamos experimentado.

Los atletas son seres humanos. Como los cantantes, políticos, profesionales y personas de todos el ámbito de la actividad humana, caen y se levantan. No hay nada que me diga que Javier Culson va a cambiar el curso de su vida honorable y productiva. La evidencia de la calidad de las personas se puede apreciar desde su hogar, donde sus más intimos opinan, como ayer lo hizo su madre y su esposa. 

Tendrá muchas medallas logradas y otras por ganar, pero las medallas que le han cultivado la experiencia y la buena conducta en su vida son sus mejores. Esas medallas virtuales se celebran con comprensión y agradecimiento aun en los malos momentos de su historia particular.

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2 comentarios sobre “A las seis de la mañana | Las medallas de la vida

  1. Mi nombre es Lady Torres. Estoy esstudiando, despues de retirada, en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe en el VSJ. Actualmente estoy trabajando en mi tesis sobre la possible produccion de ceramica en la isleta de SJ en el siglo XIX. Como parte de mi tesis hay un capitulo sobre la produccion de ceramica en el Caribe incluyendo Puerto Rico.

    Entiendo que en Vega Baja se encontro un alfar, pero no he conseguido informacion al respecto. Me gustaria si le es posible me enviaran informacion y quizas la persona con la que me puedo comunicar. Le escribi al museo de su ciudad, pero nunca contestaron.

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