Por Mary Crespo
Me crié en La Trocha de Vega Baja y puedo decir que me siento muy orgullosa de mis raíces y origen.
Me crié en una época en la que todos trataban el uno al otro como familia, incluso se le pedía salsa, azúcar, habichuelas al vecino si se había terminado en la casa, una gran familia. Salíamos a jugar a la calle, todos sucios y comíamos lo que nuestras madres cocinaban… arroz con habichuelas, carne con papas fritas o amarillos, arroz con salchichas, limber, payco, helado de una «guagua» llamando a los que estaban para que compraran (cuándo se acercaba el primer adulto a la guagua terminaba comprándole a todos los niños de la calle ), también mantecado de coco y de piña.
Jugamos a «Simón dice», «1,2,3 pescao.», Jacks, escondite. Podiamos caminar barrio de arriba para abajo o nos montamos en nuestras bicicletas a casa de un amigo. No teníamos miedo a nada, respetábamos a nuestros ancianos. Se nos enseñó el respeto por los demás y por la propiedad ajena. Como niño no se hablaba si un adulto estaba hablando.
Si alguien tuvo una pelea, fue una pelea de puños.. Los niños no tenían armas cuando crecimos. Cuando se hacía de noche sabíamos que era hora de entrar. De vez en cuando nos quedamos a atrapar cucubanos. Nos encantó ir a la escuela porque teníamos amor, cariño de los maestros y teníamos la dicha de ver a nuestros amigos y «ay» del que le faltara el respeto a un maestro.
Miramos a nuestro alrededor, de la boca de nuestros ancianos escuchábamos consejos porque sabíamos que si le faltabamos el respeto a algún adulto nos darían una nalgada, un correazo, con la varita, la chancleta o una pela 😂!
Por encima de todo, se nos enseñó a conocer a Dios y el amor de Jesús por nosotros y la iglesia era el centro de nuestra vida.
Tenemos que volver a esos tiempos porque estamos perdiendo a nuestros hijos en una sociedad sin respeto a la autoridad, la compasión y sensibilidad por los demás, la empatía. el conocimiento de Dios o Jesús.
Re-post con el nombre de donde creciste, si te sientes orgulloso de que usted viene de una familia unida y cerca de la comunidad y nunca olvides de donde viniste!
Como extraño esos días!!!
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Nota editorial: Hemos decidido reproducir este hermoso testimonio de una buena vegabajeña que describe los valores del sector donde vivía en Vega Baja, como ejemplo del comportamiento humilde y amoroso de nuestros compueblanos.