La animadora visitó el balneario de Vega Baja para llevarles comida a perros y caballos abandonados en el área

Decenas de perros enfermos, abandonados cruelmente a su suerte, así como caballos, fue el escenario que encontró la presentadora puertorriqueña María Celeste Arrarás el pasado sábado en el balneario de Vega Baja donde acudió a realizar un reportaje para su programa “Al rojo vivo” de Telemundo y para alimentar a los canes a los que les dedicó tiempo y caricias.
La periodista, quien lleva años en una lucha férrea en defensa de los derechos de los animales, busca que se apruebe el proyecto de ley 2950 presentado en ambos cuerpos legislativos por el representante Roberto Rivera Ruiz de Porras a petición de Humane Society de Estados Unidos el 9 de mayo.
“Lo primero que hay que hacer es aprobar la ley para que se haga una moratoria para la adopción de animales, de manera que podamos en ese tiempo frenar el atropello que hay con estos pobres seres y ver de qué manera se controla un poco la sobrepoblación animal”, sostuvo la también escritora quien estuvo acompañada por la representante del Humane Society de Estados Unidos, Vincenza Previte, y Yolanda Álvarez de la Humane Society en Puerto Rico.¿Cuán adelantada está la medida?
“No sé, esta semana voy a llamar al Senado para que ese proyecto de ley sea colocado en calendario. Tengo entendido que están buscando un hueco para discutirlo y les voy a avisar que estoy documentando esto para que ese hueco aparezca rápido”.
Álvarez informó que la legislación, que también fue sometida por el senador Jorge Suárez Cáceres, tiene la oposición del Colegio de Médicos Veterinarios. “Me cuesta entenderlo porque cuando eres un doctor, y ves un paciente que está mal, tu juramento médico siempre debe ir dirigido al bienestar del paciente no a la parte económica”, señaló Arrarás.

Fuerte realidad
Condecorada con importantes premios, tanto por su trayectoria como por alzar su voz por los más indefensos, María Celeste comentó que se había preparado para el cuadro de crueldad que le esperaba.
“Estos perros no tienen pelo, son pura sarna por la indiferencia de los residentes, no solamente aquí sino de todas partes en América Latina. Sabía lo que iba a encontrar, soy puertorriqueña y esto lo he visto desde que soy niña, lo que pasa es que ha ido empeorando. La gente pensará que por qué me dedico a los perros ante la crisis en el país. Me dedico a todas las causas, y hoy es el día que dedico a los perros. Estos seres no tienen voz, no tienen a nadie que hable por ellos, son víctimas de nosotros los humanos”.
Según datos que ofreció la reportera obtenidos de la Humane Society, por cada gato sin operar en un periodo de ocho años, una gata puede tener 2 millones 47 mil descendientes. Mientras que una perra puede tener 67 mil cachorritos descendientes en seis años. “El 95% de los perros en los albergues han sido entregados por sus dueños, y todavía la gente dice ‘hay que dejar a la perrita parir. Sepan que esos cachorritos acaban matándolos por decenas de miles en los albergues anualmente. Si en algún momento quieren adoptar un perro, vayan a los albergues en vez de comprarlos a gente que los ponga a parir y acaban como esto que estamos viendo”.
Antes de llegar al balneario de Vega Baja, María Celeste estuvo en una clínica de esterilización en una cancha de baloncesto en Toa Alta. Y de los muchos animalitos que vio fue Arlequín, quien está para adopción, quien le robó el corazón y que de decidir llevársela para su casa en Miami, sería su primer can boricua.
“Voy a ver cómo hago porque en Miami uno sólo puede tener cuatro perros en la casa legalmente y hasta hace muy poco estuve violando la ley porque tenía cinco con Negro, el perrito que se me acaba de morir. A ese lo salvé cuando estaba en el corredor de la muerte en un lugar de adopción. Los perros negros son más difíciles de adoptar porque la gente cree que son malos y era lo más dulce que había. Hay racismo hasta con los perros. La realidad es que dejé un pedacito de mi corazón a esa perrita”.
Obra de luchadores
Hay dos mujeres que han aguantado hasta insultos porque alimentan diariamente a los perros del área con verdadero amor, gesto que ellos les reciprocan con sus expresiones de contentura.
Hace dos años que Ivelisse Morales viaja diariamente desde Arecibo, donde reside, a Vega Baja para darle comida a los perros del balneario. Ahí encontró un refugio para ellos en una casa abandonada donde los médica, los alimenta y les mantiene el lugar limpio. El dinero que gasta diariamente en sus mascotas lo obtiene vendiendo billetes de la lotería en Arecibo y de alguna donación que alguien tenga a bondad darle. Los veterinarios le cobran por vacunación y esterilización a precio de rescatista. Ruth Camilo, una persona que comparte su amor por los animales colabora con ella enviando los perros a refugios en Estados Unidos para ser adoptados.
Ivelisse, quien también alimenta a los perros callejeros en Arecibo y estudia para técnica veterinaria, tiene una página en la que personas que deseen ayudar a los animales, lo pueden hacer a través de paper.com. o a imorales940@gmail.com.

“Ahora mismo tengo nueve perros, el último lo abandonaron esta mañana (mezcla de chihuahua) que estaba corriendo desesperado por la playa y parece que tiene la mandíbula fracturada, y ayer me dejaron aquí cuatro del mismo tamaño. Ahora mismo estamos sanando la piel con antibióticos (para la sarna)…Estos animalitos para mí son todo, mi vida, mi alegría, el motivo de venir para acá todos los días”.
Ana Victoria Ortiz aboga para que se construya un albergue en Vega Baja que asista a los realengos y en el que la gente pueda ir a recibir servicio y adoptar. Confiesa que este compromiso con los perros y caballos del balneario y de otros puntos en el pueblo, lo hace con entrega llueva o sea día de fiesta, “no tengo vida”.
“Aquí la gente tira los animalitos enfermos, con fracturas, no les importa. El otro día tiraron unos gatitos bebés y los perros los mataron. A la muchacha de la caseta le arrojaron unos cachorritos y cuando regresó los perros grandes los mataron. Me dejaron un perrito encerrado en una jaula y un vecino me dijo que hacía más de cuatro días lo escuchaba y gracias a Dios sobrevivió. No tienen conciencia y si a esa juventud que se está levantando no se le crea el amor por los animales, estamos mal”, compartió la jubilada de Servicios al conductor.Agradece además el apoyo que el supermercado Econo de Vega Baja por permitirle colocar un cajón donde los clientes le dejan bolsas de alimento, y porque “si no tiene dinero para comprarlo, me le fían”. Además porque el propietario del establecimiento le guarda las sobras de un cafetería que tiene en el pueblo.
Ana gasta más de 60 libras diarias de comida para la decena de perros que viven en los alrededores de la playa.
María Celeste, quien fue honrada en el Senado de Puerto Rico el jueves y el viernes develó su estrella en el Paseo de la Fama en Condado, estuvo acompañada por sus tres hijos, Julian (18), Adrián (16) y Lara (15).