Yo llevé las noticias como ustedes las publicaron. Lo único que le quité fue la frase política «Marcando la diferencia» que ustedes adoptaron como lema de gobierno y que creo que no la pueden usar en publicaciones oficiales y me parece que no lo han hecho, ya que esta publicación la hicieron en espacios privados, como debe ser. De hecho, aun esa frase está en el rótulo electrónico del Gobierno Municipal, lo que no debe ser. Pero yo no soy su adversario político, ni promuevo acciones de violación a la ley electoral.
No creo que en tu carácter personal, oficial ni el gobierno municipal deben censurar la prensa porque les critique cuando no hacen lo que a nuestro juicio y conocimiento, no está correcto. Y menos justificarlo con una foto de esos triunfadores para justificar algo como mejor que lo otro. De hecho cuando me referí a los colores rojo y blanco, pensé en otra foto, la de los de lucha olímpica que también tienen esa camisa.
Rafa, si no lo hubieras hecho público, jamás hubiera hecho estas expresiones. Todos saben la admiración que tengo por el trabajo que realizas y por todo ese servicio que das a los vegabajeños. En especial por tu carácter, buenas costumbres y el amor que sientes por la humanidad. Eres un ejemplo para esta sociedad y te considero una bendición para nuestro pueblo.
Algún día tendrás que dejar de ser funcionario para aparecer en una papeleta electoral donde defenderás los colores de tu partido y no importará que no defiendas los de tu municipio o los de Puerto Rico, porque la política partidista es eso, parte de un todo. Pero Vega Baja es el todo, el de los populares, penepeístas, independentistas, ningunistas y tapaítos. Yo se que tu lo sabes y que no eres perfecto, como todos y que un momento de hipersensibilidad te puede hacer pensar que el derecho es el de tu Partido Popular. Pero cuando representas al Gobierno Municipal, es otro desempeño y otro escenario.
Todos tenemos limitaciones. La nuestra, desde el periodismo, es informar y analizar. A veces exageramos y nos equivocamos, pero vivimos con nuestras deficiencias. Nos tortura no ser precisos y más claros de lo que somos. A veces la ignorancia, la carencia de insumo, las pasiones y los criterios preestablecidos nos nublan el entendimiento, lo que se transforma en mala comunicación.
Pero nos cobija la libre expresión, un derecho constitucional que nunca es absoluto, pero muy respetado. La vuestra es gobernar, también, con limitaciones sociales y legales que deben cumplir. Cada cual tiene un rol en la sociedad y a veces hay que señalar fronteras con los deberes y responsabilidades de cada cual para que podamos estar mejor coordinados y hacer un mundo más felíz. Estoy seguro de que como yo, eso también anhelas.