Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
La oposición del Partido Nuevo Progresista critica la administración del Alcalde Marcos Cruz Molina por dos razones: la primera es que no ha traído el progreso que merece el casco del pueblo luego de anunciar proyectos y la segunda, que dedica muchos recursos a celebraciones y fiestas.
Anteriormente he enfocado mis recomendaciones a mejorar el pueblo tradicional donde se encuentran espacios donde antes hubo comercio y en el cual quedan las sedes de instituciones gubernamentales, cívicas y religiosas, museos, monumentos, tiendas y oficinas profesionales.
El Gobierno Municipal se movió para proveer incentivos contributivos, mejorar el aspecto de los edificios y a instalar una fuente, resturando espacios de la plaza e instalando un nuevo servicio de iluminación. Erró al dejar tendido de cable por la Calle Acosta y hacer una edificación para el control de la nueva fuente que interrumpe la vista y que altera la estética de la Plaza José Francisco Náter.
Otra equivocación mayor fue trasladar una idea que venía a ayudar a reconocer el casco del pueblo como un punto de destino. El Festival Gastronómico lo han anunciado permanentemente para la Playa Puerto Nuevo, no sabemos porqué, pues nunca se ha explicado. A menos que quiera hacer el casco tradicional en la arena y las olas de Puerto Nuevo o que esté buscando justificar poner las esculturas de Edgar Santana Rivera allí para darle uso a ese metal costoso y desperdiciado por la pasada administración.
Cuando originalmente se realizó en el casco del pueblo, algunos comerciantes habían planificado poner negocios, especialmente de comida como pizzerías, mantecados y restaurantes que estuvieran tambien abiertos en horas de la noche, para servir en esa área, movidos por las promesas de reactivación del lugar. Eso no ha llegado en estos tres años que han pasado y no vemos ninguna acción ulterior para cambiar esto, excepto la apertura del Teatro Fénix, cuya terminación, reinaguración y funcionamiento completo no es previsible.
Para cualquier comerciante permanentemente establecido el flujo de clientes ayuda a mover su negocio y los eventos especiales le permiten obtener ingresos que de otra manera se van con los oportunismos temporeros de eventos como el Festival Gastronómico, lo que puede definir, incluso, su permanencia en un lugar. No entiendo porqué el alcalde se llevó el Gastronómico para la Playa. Rebasa toda lógica y más cuando la lógica inicial de Marcos Cruz Molina era darle energía al Pueblo.
El pasado viernes se colocó la apertura de la celebración de los 240 años a una hora inconveniente para todos «porque confligía con el Festival». El resultado fue una limitada asistencia a un acontecimiento importante para la reafirmación de nuestra ciudad y para el futuro de Vega Baja. Y una situción inconveniente para los que nos esforzamos en preparar y llevar a cabo los planes de la Junta que preside el mismo alcalde y una oportunidad de ver a un hijo talentoso de nuestra ciudad, José Luis Colón Rivera destacarse en la personificación de tres personajes vegabajeños de la historia y para la historia.
Yo no sé si la oposición tiene razón. A lo mejor el alcalde, al que nadie puede tildar de vago o irresponsable, sino de dinámico, creativo y de agente catalítico de oportunidades para el pueblo, es favorecedor como dicen ellos, de que imita la política del gobernador Miguel de la Torre, del siglo XIX, de que «pueblo que se divierte, no conspira» y que gobierna con el trío de «baile, botella y baraja».
Tengo diferencia de criterio con Marcos Cruz en este asunto, porque aun hay cosas que no puedo entender de sus actuaciones y cuyo silencio no da mucho espacio para pensar otra cosa.