Por Robert Rivera
En el tiempo que te conocí y compartí contigo siempre te mostraste como un ser integro, genuino, inteligente, sencillo, humilde y con una disposición increible de ayudar a todos aquellos que te pedían ayuda.
Todos los que pertenemos al grupo de Investigadores de la Historia Vegabajeña reconocemos tu excelente calidad como historiador, profesor, arqueólogo y mejor ser humano.
Tu hermosa sonrisa siempre vivirâ en nuestros corazones, al igual que tu legado de muchas investigaciones que sin lugar a dudas dejaron huellas inborrables en la historia vegabajeña y puertorriqueña.
Luchaste con garras y siempre fuiste positivo dentro de tu enfermedad. Dios te dio la oportunidad de ser abuelo una vez más y de que disfrutaras ese hermoso momento, primero con el uso de la tecnología y luego en persona al tu hija viajar a Puerto Rico.
Te adelantaste y Dios te dio un boleto de ida hacia el Paraíso Celestial que todos anhelamos en nuestra partida de este mundo terrenal en que vivimos. Estoy seguro que tarde o temprano nos volveremos a ver.