Los perros ladran…

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

Thomas Jimmy Rosario Martínez
Thomas Jimmy Rosario Martínez

Yo no tengo una agenda política. Tampoco tengo ni aspiro a tener contratos gubernamentales ni a ninguna clase de beneficio por lo que pienso o escribo. Mejor aun, considero que no tengo partido político y que en las próximas elecciones, como hice en las últimas, votaré mixto por los que yo crea que son los mejores candidatos.

Tampoco escondo mi vida pasada. No creo haber cometido grandes errores, pero no soy perfecto ni me considero extraordinario. Cada día me gusta más la ropa suelta, las tertulias y la vida familiar. Estoy en la última etapa de mi vida cronológica, la de la contemplación. De paso, hago algunas cosas para ver la gente feliz e informada.

Pero a veces, diciendo la verdad, algunos se lastiman por expresar mis ideas y me atacan.  No lo siento por mí, que estoy acostumbrado a ver sembrada la ignominia en la vida social. De niño, el bullying. De jóven, los tropiezos y excesos. De adulto, las metidas de pata por la emoción y sinrazón. Todas esas cosas me han hecho y he hecho. Por eso, puedo proclamar que soy humano y que tengo defectos y hachas que amolar, como todos. En este momento todo lo que siento es plena libertad y un deseo de ayudar a mis semejantes. Nada más.

En el ambiente vegabajeño hay intereses comerciales, familiares y personales, que ya están dejando caer su peso emocional. El Diario Vegabajeño de Puerto Rico y mi persona son blancos declarados de esa gente, que ya los hemos identificado. Algunos son aspirantes políticos, algunos sin posibilidad electoral alguna, otros con negocios fracasados y vidas poco edificantes que están esperando la oportunidad del cambio para posicionarse.

Ayer reseñé y opiné sobre el Informe de la Contralora. Hay quienes no quieren que eso se divulgue y han comenzado a atacarnos con balas de salva, cuestionando nuestra reputación y pasado profesional. Otro, un desquiciado mental que se dedica a promocionar a candidatos del PNP, que habla malo de todo el mundo, en connivencia con un abogado penepeísta, tratan de desviar la atención  de una evidencia contundente realizada por la Contralora de Puerto Rico, diciendo que ayer precisamente llevaron pruebas de corrupción sobre Marcos Cruz. Marcos Cruz que se defienda solo, pero si es lo que han publicado hasta el momento, ninguno de ellos sabe lo que es administración pública ni eso constituye evidencia de nada. Pura basura politiquera. 

¿Es eso lo que trae el Partido Nuevo Progresista para las elecciones de 2016? Ayer hice la pregunta retórica y hoy la hago directamente a los que interesan ser candidatos a alcalde de Vega Baja o a representantes: ¿Están ustedes también teniendo de promotor a Iván Muñíz con todo lo que saben de él y la distorsión y falta de veracidad de sus mensajes y anuncios? ¿Quieren ustedes un gobierno municipal teniendo como ejemplo el del Partido Nuevo Progresista en Vega Baja o su modelo es otro como el de Bayamón o Guaynabo? ¿Acaso no tienen otra manera de ser asertivos?

Su silencio individual permite que otras voces se posicionen de los medios y hablen por ustedes. Todos saben que cuando nos han pedido espacio se lo hemos concedido, sin censura. Antes ustedes han puesto la casa en orden cuando hay voces disonantes que les perjudican.

No les digo lo que tienen que hacer porque a todos los considero suficientemente inteligentes para que hayan incursionado en la política partidista. Recuerden que localmente hablando, las malas compañías han llevado a un alcalde a la cárcel y al otro a un juicio y unos procedimientos administrativos por ejercer el cargo al que ustedes aspiran o sostienen al que contienda. Si son ustedes buenos árboles, no pueden permitir que otros arbustos les den sombra. Ese es el efecto del silencio.

No estoy de lado de ningún partido ni de ningún candidato. Estoy de parte de los vegabajeños. Toda mi actividad humana gira en torno a ese propósito. Aquí no hay saña, fijación ni agenda destructiva. Todo lo contrario.

Espero que todos lo entiendan. Hay la mejor buena fe de mi parte.

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Quijote de Pablo Picasso

“Deja que LOS PERROS ladren, Sancho amigo, es señal que vamos pasando.”

EL PASAJE DEL TOBOSO  Y LOS PERROS QUE LADRAN

Libro I Cap. IX

‘Medianoche era por filo’, poco más a menos, cuando don Quijote y Sancho dejaron el monte y entraron en el Toboso. Estaba el pueblo en un sosegado silencio, porque todos sus vecinos dormían y reposaban a pierna tendida, como suele decirse. Era la noche entreclara, puesto que quisiera Sancho que fuera del todo escura, por hallar en su escuridad disculpa de su sandez. No se oía en todo el lugar sino ladridos de perros, que atronaban los oídos de don Quijote y turbaban el corazón de Sancho. De cuando en cuando rebuznaba un jumento, gruñían puercos, mayaban gatos, cuyas voces, de diferentes sonidos, se aumentaban en el silencio de la noche, todo lo cual tuvo el enamorado caballero a mal agüero, pero con todo esto dijo a Sancho:

—Sancho, hijo, guía al palacio de Dulcinea; quizás podrá ser que la hallemos despierta.

No hay comentario de Sancho, ni respuesta del Quijote. Pero sí hay perros que ladran y avance en el camino. Una deformación de esta cita puede haber dado origen a la famosa frase…” “Deja que LOS PERROS ladren Sancho amigo, es señal que vamos pasando.”

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