El Factor Marcos Cruz Molina

Thomas Jimmy Rosario Martínez 2013

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

Las cosas administrativas en el Gobierno Municipal de Vega Baja son ahora distintas a como antes fueron. Creo que la actividad hasta se puede documentar y servir de ejemplo eventualmente para estudios sociales, como se hizo con la «gobernanza» del Gobierno Municipal de Caguas bajo William Miranda Marín. Claro, faltan frutos para poder categorizar y que la gente se acostumbre.

Hay variantes que la gente pide del alcalde que él no está de acuerdo. La soledad aparente que a veces exhibe o los comentarios por lo bajo de sus correligionarios populares son la gasolina de una reacción desfavorable. Hasta algunos líderes locales del PPD me han confiado que no les gusta como Marcos administra, porque es lento y no favorece siempre a los que han trabajado duro en la campaña partidista.

Yo creo que están equivocados y no lo digo porque no sea popular. Ese es el punto, precisamente. Marcos fue electo por los vegabajeños, con un alto índice de electores populares, pero no puede responder a ese criterio partidista. La gran mayoría de sus votantes pueden que sean o no populares, pero una vez es elegido, a quien responde es al pueblo, no al Partido. Y el pueblo tiene derecho a ser reconocido sin ser discriminado.

Hasta ahora, ese es el factor Marcos Cruz Molina que todos debemos reconocer. Es lento, porque es analista de todo.

A veces esa pasta funciona, porque él toma decisiones que  son invulnerables. En el método de gobernar o administrar lo que se le ha encomendado, la sobriedad, discresión y responsabilidad es la salsa de lo que cocina. Los fondos y las actividades gubernamentales municipales siempre se han hecho, pero en todas las administraciones se han cometido muchos errores de juicio, se han hecho cosas anormales y se han cometido delitos.

El Factor Marcos Cruz Molina está hecho para evitar errores. Pudo poner de Auditor a un buen popular para que lo ayudara en la interpretación de las fallas. Pudo colocar en la Legislatura Municipal a personas que le lamieran las suelas o le gritaran el chijí chijá más grande. Pudo ceder a las presiones de algunos populares para los puestos y cargos importantes, pero prefirió personas por sus cualidades y experiencia. Por eso en la ausencia obligada de una presidenta, no es difícil obtener los votos minoritarios como símbolo de que se respalda el respeto y la paz de ese foro.

Los primeros doce nombramientos de carrera que ha decidido convocar no es producto de una reunión entre populares para escoger los más leales y simpáticos. Es un concurso de talento, experiencia y habilidades. Ayer le traté de sacar un nombre siquiera, pero con la macetería informativa que acostumbra -producto de la sobriedad, discresión y responsabilidad de la que hablo- me expresó que eso era un proceso largo que dependía primero de que se verifique que todos sometieron la solicitud de empleo, los documentos e información a tiempo, que se estudien las calificaciones individuales de cada cual y que se den otros elementos para la selección. En fin, que no tiene ningún nombre para esos puestos municipales. Y no los tendrá hasta que compare a todos los candidatos en iguales condiciones de competencia.

Le pregunté si no era un error suspender la convocatoria de la Legislatura Municipal y me expresó que si era un error, no se cometería más, pero que cada cual tiene que hacer el estudio correspondiente y actuar de acuerdo a la ley y los reglamentos, que no hay otra norma que las existentes que hay que respetar y hacer cumplir, que cuando sean obsoletas, imposibles de cumplir o para mejor cumplir, entonces se enmendarán. Mientras tanto, todas las reglas nos aplican a todos, sin excepción ni favoritismo. Eso, para mi, es ser responsable.

En el carácter de Marcos no está la ofensa personal ni la desestimación de ideas, por absurdas que sean. Por cada cosa que la gente le dice que no está de acuerdo o que puede mejorarse de alguna u otra manera, no la controvierte con su conocimiento o experiencia. En mi presencia le han dicho que hay que destruír el edificio que se construyó en la Playa Puerto Nuevo por la pasada administración. El cree que hay mejores ideas que la destrucción, como la reconstrucción o el reciclaje de las cosas.

Su manera de bregar le está resultando. Su perspectiva amplia de los problemas y soluciones le hace ver la luz al final del túnel en cada asunto que dejó inconcluso la pasada administración. Lo veo como un buen negociador, manejador exitoso de problemas que nunca provocó, pero cuya responsabilidad, en la más sana discresión, está terminando poco a poco. Como  la transacción de la demanda de los policías municipales, que le va a costar al Gobierno Municipal cerca de doscientos mil dólares. La otra administración procastinaba la toma de decisiones. El Factor Marcos es, como he dicho, de responsabilidad.

La salida de la Presidenta de la Legislatura Municipal no fue fácil para Marcos Cruz. Hubo un momento de tensión donde de acuerdo a nuestras fuentes, el Alcalde le dió a escoger a Janet Miranda entre la Legislatura Municipal y la dirección del Consorcio Dorado-Manatí. El sospechaba que eventualmente habría conflicto ético si la persona que él escogiera estuviera en ambos frentes. Ella finalmente lo entendió, aunque le dolía desprenderse de la Presidencia y como miembro de la Legislatura Municipal. No hay nada de lo que se dijo de que el Alcalde no la quisiera, al contrario, colocó en una posición ejecutiva trascendental a la primer mujer Presidenta de la Legislatura Municipal. Eso es responsabilidad y un acierto.

Yo creo que el Alcalde de Vega Baja no simula ser así, yo creo que está en su naturaleza. Eso es lo que podremos conocer en adelante dentro de la historia de Vega Baja como El Factor Marcos Cruz Molina. Ojalá que no cambie la fórmula moral nunca.

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