Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Anoche el alcalde de Vega Baja nos ofreció su Cuarto Informe sobre la Administración Municipal. Como es usual, la actividad se celebró en el Teatro América, en un ambiente de formalidad dentro del procedimiento de reglamento de la Legislatura Municipal.
Esta es la octava comparecencia mandatoria de Marcos Cruz ante la rama legislativa. Cuatro de ellas fueron para presentar el proyecto de presupuesto respectivo de cada año y las otras cuatro para el mensaje sobre finanzas y actividades administrativas. Esto se hace en virtud de la ley municipal para que la rama legislativa esté informada de detalles oficiales sobre la planificación y luego del cumplimiento de la labor de la rama ejecutiva. En nuestros tiempos de tantas facilidades de medios, esto es anacrónico y deberá evolucionar en el futuro para evitar el gasto, pero de seguro tendrá resistencia de parte de los alcaldes de Puerto Rico, porque es una oportunidad también política para demostrar habilidades y logros.
Marcos Cruz dió un buen mensaje. Sería tonto si no hubiera aprovechado la ocasión, pero creo que no abusó de la parte político-partidista. Anteriormente los anteriores alcaldes lo han hecho. Ninguno ha rehusado el privilegio de dar sus mensajes en forma pública y hasta un poco festiva, aunque el alcalde Edgar Santana una vez lo hizo informalmente y en tenis.
El contenido, que es lo importante, es real. Marcos Cruz expuso sus logros del último año pero recordó a los presentes que lo que ha logrado es el producto de una planificación científica, cumplimiento con las sanas normas de administración, buenos directores y ayudantes y promover un mejor servicio público entre los empleados municipales mediante una inversión importante en su educación continua.
Este es tiempo de política partidista. Algunos, a fuerza de creer en crear una oposición vegabajeña que derrote al actual incumbente para posesionarse del Gobierno Municipal, combatirán la idea de que ha habido un buen gobierno en los pasados cuatro años. Podrán hasta hablar de algunos detalles como si fuera el todo. La democracia nos permite hacerlo y hasta dramatizarlo sugiriendo lo que hubiera sido mejor hacer que lo que se hizo.
Para ser un buen vegabajeño, necesitamos ser más que eso. Una cosa es lo que se dice bajo el manto de la política partidista, donde hay un mar de intereses y otra la realidad administrativa y el buen gobierno. No todos están preparados para asumir y triunfar en la gestión gubernamental, donde desde el primer día de incumbencia hay gente esperando servicios de distintas maneras.
Hay que tener paciencia y dinamismo, inteligencia y sensibilidad, planificación y lograr metas. Hay que llegar honrado y pretender serlo hasta el último día. Hay que conocer las leyes, respetarlas aunque no se esté de acuerdo con ellas y proponer cambios para que sean efectivas.
Anoche presenciamos el capítulo final de un primer ciclo de buena administración municipal. El mapa de la buena gobernanza tiene un municipio más en el norte de Puerto Rico, cuyo faro ya alumbra a otros pueblos. Creo que no solo se ha cumplido con el deber, sino que ha sido ejemplar y marca la ruta del futuro de Vega Baja.