Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
En nuestra ciudad hay conciencia histórica, pero hacen falta reglas de conservación.
Los vegabajeños nos gusta velar por las estructuras, obras, lugares y costumbres que nos han forjado una historia conocida. A veces, empero, hay detractores de este concepto que afecta a todos y hasta perpetradores de actos que conducen a eliminación o daño.
La conciencia histórica nos sirve para perpetuar la historia vegabajeña. A veces las cosas parecen obsoletas y disfuncionales, pero ahí es donde comienza el valor histórico. La Central San Vicente, por ejemplo, no había que conservarla trabajando, como era ideal. En el momento en que se decidió eliminar la producción de molienda de caña en Vega Baja el activo se desmembró y fue a parar a distintos lugares donde pudiera ser más útil hasta que su momento de obsolescencia llegara. Esa era una empresa costosa y perdidosa, económicamente hablando. Ahí había una inversión de dinero y de gastos de conservación que nunca pudo plasmarse en un museo de la caña, como se propuso en la década de 1960. Nos queda el lugar y el recuerdo, algunas fotos y testimonios que cada vez son menos, porque en el proceso de la vida, las voces se van apagando.
El presente es el futuro de mañana cuando vayamos a hablar del pasado. Si tomamos la conciencia del tiempo, hoy podemos prevenir y planificar lo que tendremos para educar sobre nuestro ayer. En Vega Baja necesitamos regulaciones para conservar lo que tiene valor histórico potencial para el futuro, más allá de los esfuerzos que de vez en cuando hacemos los grupos y las personas individuales. La realidad es que comoquiera, a veces confundimos o perdemos la historia porque no podemos conservarla, a pesar de nuestra conciencia y esfuerzos.
Cuando hablamos de regulaciones, es que debe instituirse un protocolo municipal para establecer el valor histórico antes de descartarse todo, así como se dispone de las cosas por su falta de utilidad o por que se rompieron o dañado. Actualmente se hace a ojo y si no hay el conocimiento, podemos perder, como hemos perdido, desaparecido o robado las cosas de nuestra historia. Son tantos los cuentos, que no tengo espacio para listar lo que hemos perdido. Cosas que no podemos recobrar pero que si empezamos hoy, mañana será otra historia.