Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Vega Baja es uno de los sitios obligados de los productores de cine por su diversidad y posibilidades. También y más importante aun, por la disponibilidad del Gobierno Municipal y voluntarios para hacer cine. Aquí tenemos experiencia de cómo se hacen las películas en interiores, exteriores, en lugares poblados y en nuestros espacios de los recursos naturales.
La más reciente película que nos correspondió fue una alegre comedia llamada «Pepo pa’l Senado». Es la historia de un ciudadano común que despedido de su empleo por irresponsable, opta por postularse como candidato independiente para el Senado de Puerto Rico.
Esta tiene todos los elementos que irónicamente representan el drama de la realidad de Puerto Rico. Desde la situación difícil del empleo, la complacencia de la rutina diaria y el ay bendito, la inaccesibilidad de los partidos tradicionales hasta las intrigas de la vida común y de la política puertorriqueña.
El lenguaje a veces es fuerte, pero preciso. Es lo que se llama lenguaje coloquial, del que usamos para intensificar la expresión, el que detrás de la fineza y el respeto aparente, todos hablamos. Las escenas son sugerentes, pero nunca obscenas. Las imágenes son buenas y los escenarios diversos. Como artistas vemos a algunos vegabajeños haciendo de extras, muchos colaboradores, asistentes y actores de lo mejor de Puerto Rico como René Monclova, Marian Pabón, Braulio Castillo, Adrián García y muchos más experimentados y famosos de Puerto Rico.
Nuestros José Luis Maldonado Quirindongo (Luigi) y Edgar Freytes estuvieron presentes en la filmación de las escenas en Vega Baja (Teatro América y Casa Portela) y junto David Muñoz, Director del Teatro América, asisteron a la premiere en el Teatro Metro de Santurce.
Acceda a Premiere de Papo P’al Senado por Edgar Freytes
Esta comedia tiene un importante mensaje social. En el desarrollo de su tema se analizan varios problemas que se han identificado como factores retrógrados consistentes como la partidocracia, el inversionismo político, la falta de capacidad de los funcionrios de gobierno, el arma del poder para crear un mundo abusivo y fantasioso y los disparates que cada día dicen los políticos y que algunos sectores celebran.
De principio a fin, pude ver, oír y compartir la reacción de los asistentes al cine. A la salida, vi la fila interminable que se formaba para verla.
No tengo duda. Esta no es una de esas tantas películas que uno se arrepiente de haber pagado el boleto aunque se lo den más barato por ser senior. Es de las que te hacen comentar cuando sales y que a las seis de la mañana del otro día, cuando ya ha habido la reflexión de todos los elementos, sigues riéndote y pensando en ella.
Pepo González debe volver porque como el gracioso Lolo del mismo actor, tiene unas características como para desarrollar un héroe social recurrente. Siendo una película inusual desde la primera a la última toma, de un libreto de vigencia y una excelencia en su montaje, dirección y producción, no solo nos quedamos con ganas de volverla a ver, sino de ver más en torno a la historia de Pepo. Tal vez para el próximo año ya veamos a Pepo en sus funciones de Senador , como ser ordinario de poca palabra, batallando con los problemas del país y contra los distintos «dueños» del gobierno.