Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Cuando los hechos no ocurren como se esperan, siempre hay una sospecha de cómo pudieron haber ocurrido. De acuerdo a las teorías de los grandes físicos, el tiempo no puede ser alterado hacia el pasado, pero sí hacia el futuro. Los cambios de la historia solo los tendremos en cuentos, novelas o argumentos de películas.
Continuamente especulamos. ¿Qué hubiera pasado si en 2004 Luis Meléndez Cano hubiera decidido continuar como alcalde y hubiera sido el candidato del Partido Popular Democrático? ¿Qué hubiera pasado si hubiera ganado? ¿Que hubiera pasado con las personas de su tiempo cuyo destino histórico cambió a partir de su determinación de no postularse, como José Luis Colón González, Marcos Cruz, Edgar Santana Rivera y los legisladores municipales populares de 2001 a 2004? ¿Hubiera ganado el PNP en el distrito representativo y en el distrito senatorial?
¿Hubieran llegado posteriormente a la alcaldía Edgar Santana, Iván Hernández y Marcos Cruz? ¿Se hubiera constituido un segunda legislatura de orígen penepeísta de 2005 a 2012?
¿Que hubiera pasado si Edgar Santana no hubiera sido acusado de delito alguno o si hubiera salido absuelto en los cargos criminales que se le formularon? ¿Que hubiera pasado si otro que no fuera Irving Piñeiro hubiera sido su asesor financiero ó Andrés San Miguel no hubiera dirigido su campaña en 2004 y 2008? ¿Qué hubiera pasado si desde el año 2000 cuando fue por primera vez candidato, hubiera ganado la alcaldía?
Cualquier variante hace que los sucesos como los conocimos hubieran cambiado la historia. Pero no podemos ir al pasado para alterarla. La trayectoria del futuro la definimos cada día, a cada momento. Los buenos o los malos juicios de ahora y las actuaciones acertadas o erradas, son las verdaderas variantes.