Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Hasta anoche tenía una perspectiva del problema que confronta el Partido Popular entre los presidentes del Partido Popular y la Cámara de Representantes. Por afortunada casualidad, me encontré con Rafael (Tatito) Hernández en un supermercado en Dorado. Espontáneamente, me explicó, hasta donde pudo, su respaldo a Jaime Perelló en medio de la crisis institucional. Esto podría hoy o en los próximos días culminar con la renuncia de alguno de los protagonistas principales y necesariamente, cambiar la oferta al electorado en estas elecciones de 2016.
Cada popular piensa que es dueño del partido. Las lealtades a las personas, por conveniencia individual más que a la institución, están propiciando una crisis de valores interna que ha creado dos bandos. El que ha estado presente en el pasado ve con temor como un neófito en política pudiera no ser efectivo en el mensaje proselitista. Los demás piensan en que la política del pasado ha sido errónea y que hay que evolucionar con nuevas ideas y otras piezas en el tablero del ajedrez electoral.
El personalismo no es lo único que propicia la crisis. Hay mucho temor de perder el poder porque se ha extraviado el ideal que mantuvo algún camino en el futuro de Puerto Rico. En adición, la corrupción, que nunca parece terminar, pone en vergüenza a los que quieren aportar al país con sus mejores talentos.
El problema es en realidad, muchos problemas. Es una complejidad de sustancia que ha fragmentado la unidad triunfalista que supone exista a dos meses del evento electoral.
No importa lo que pase en adelante, nadie estará contento dentro del Partido Popular Democrático. Se augura que habrá abstenciones de ciudadanos inconformes en la urna electoral. Como consecuencia, hay temores de que se tenga la derrota mayor de su historia. Significaría diluir su masa electoral en los demás partidos o crear uno nuevo.
Comoquiera, en su médula hace falta una brújula que marque un punto de partida hacia el futuro, que no se puede lograr solo prevaleciendo quien será el candidato de ese partido a la Cámara de Representantes o a la posición de gobernador de Puerto Rico.