Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Hace algunos años, bastantes para mi recuerdo, leí en una revista sabatina de El Imparcial que una compañía europea de navegación usaba la bandera puertorriqueña como su distintivo. En realidad no era la bandera puertorriqueña sino una enseña comercial que coincidía con el diseño de la nuestra. No sabemos porqué eran similares, pero de lo que sí estamos seguros es de un mundo conectado con todo.
La tierra es una esfera como las de interminable número en el universo. Nuestro lugar de vivir es algo en continuo movimiento por lo que su animación sugiere vida. No lo podemos entender como entendemos los cuerpos de los seres vivos que conocemos, pero es muy similar. Su corazón debe estar dentro de su centro, donde altas temperaturas calientan el resto de la masa. Sus venas son los ríos y el agua proporcional del cuerpo humano y el de la tierra es similar.
La tierra es viva y vida coincidente y entrelazada con la demás vida que crea. El resto del mundo es rutina coincidente. Vega Baja y los vegabajeños pertenecemos a los ciclos de su existencia, a su evolución y trasformación y a la dinámica de las ideas naturales y las que el ser humano elabora en sus procesos mentales y emocionales en todas las partes sobre su faz. No lo olvidemos porque mientras existimos, eso estará presente.