Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Frecuentemente los ciudadanos nos abordan a los miembros de la Junta Directiva del Salón de la Fama del Deporte Vega Baja Melao Melao para recordarnos aquellos atletas que habiendo desarrollado una notoria aportación al deporte, no han sido exaltados. Nos sentimos agradecidos del interés por nuestra labor y por honrar a los vegabajeños que se han ocupado de la excelencia y presencia deportiva en nuestra historia. Creo que debemos hacer una explicación pública, para que se entienda mejor con la responsabilidad conque procuramos trabajar nuestro menester y el futuro de los atletas de este tiempo en relación con el Salón.
Vanessa García y Yarimar Rosa, entre otros, son nombres de discusión constante. Para muchos, con lo que han hecho hasta ahora por Vega Baja y por Puerto Rico, las consideran bombitos al pitcher, de fácil selección. No puedo expresar públicamente que estoy de acuerdo aunque lo esté, porque los directores no podemos actuar con prejuicio hacia los candidatos que se presenten de año en año. No ignoramos, empero, las tendencias y como fanáticos del deporte, sabemos lo que está ocurriendo en el mundo y créannos, estamos pendientes de todas la ejecutorias de los vegabajeños que se destacan en el deporte.
Pero el Salón de la Fama del Deporte Vega Baja Melao Melao no está diseñado para participar en eventos contemporáneos, sino con la historia del deporte. Su grupo de selección son personas mayores y maduras, balanceados y honestos, que realizan una labor discreta y secreta con mucho juicio y responsabilidad.
Nosotros evaluamos a los jugadores cuando ya han madurado físicamente y han concluido su intensidad deportiva. Vemos sus hazañas, conducta deportiva y el valor que tienen sus estadísticas y conducción social. Privadamente cada uno de nosotros se alegra de sus logros, pero colectivamente los esperamos al final de su jornada. Hay unos criterios de excelencia, edad y tiempo en el que dejó de tener su actividad deportiva. Cuando se dan los elementos del criterio, los exaltamos.
Algunos de ellos nos acompañan en las Exaltaciones. Nos dan el honor de compartir la ceremonia de otros. Su presencia es un respaldo al deporte en general y a nuestra obra en particular. Mientras esperan su tiempo, nosotros lo marcamos inmortalizando gente que les precedió.
La pasada semana, la Capitana Yarimar Rosa y su equipo nos dieron momentos de gloria. Aun en la derrota, sólo con su presencia. Pero Vanessa García, llamada la Sirena de Puerto Rico, nos trae una nueva marca nacional de Puerto Rico, aun cuando no cualificó en los cincuenta metros. Eso es un logro celebrable, porque marca una nueva competencia individual para superarse por las nadadoras boricuas, incluyéndola a ella. Mientras tanto, será un paradigma deportivo.
Cualquiera asegura que son candidatas para el futuro, que continuarán aumentando el exiguo número de tres féminas exaltadas hasta el momento y que mis compañeros del futuro podrán capturar esas rolitas al pitcher y colocarlas en la historia y en la inmortalidad.
Las dos han sido excelentes y dedicadas. Nos mantienen la mente ocupada y la alegría en nuestros corazones. No pueden ser candidatas en el presente, pero de seguro en el mañana sí.