Por: Carla R. Narváez-Rosario
No es un mito que la actividad física rejuvenece. La gente que está más activa, tiene una mayor probabilidad de sentirse más satisfecha con la vida, que aquellos que no.
Ante esta vorágine de comentarios con la llegada de Pokemon Go, he observado que la aparente inactividad física que representa la era de las comunicaciones se ha visto influenciada en algunos aspectos positivos. Estuve leyendo que durante este fin de semana se conglomeraron diversas personas del país en San Juan con el fin de capturar pokemones. La celebración de estas mini-metas, el caminar incesante en la búsqueda virtual de un pokémon, pero caminando ligeramente por las calles del Viejo San Juan, ha invitado a un gran sector de la sociedad a aumentar su actividad física.
Cuando hablamos del envejecimiento ciertamente incluimos también un periodo de la vida más inactivo, de descanso, de retiro. Pero hay muchas otras formas y teorías que también nos ofrece otra manera de entender la vida de las perspectivas de envejecimiento. Por ejemplo la teoría de la actividad física en el envejecimiento nos invita a entender que mientras más activos estamos, más satisfechos con la vida nos sentiremos.
Si bien es cierto que la sociedad a su vez tiende a definirnos en función de las actividades que emprendemos durante nuestras etapas de vida y trabajo, también es cierto que nuestros valores, religión, habilidades sociales, las relaciones, las emociones, la autoestima y así sucesivamente, son parte vital de lo que somos, vivimos y hacemos.
Cada actividad que emprendemos nos hace también ser más activo y nos ayuda a nuestra salud física, mental y emocional, y a saber más acerca de la vida. La diversidad de generaciones y la interacción social influye en el curso de la vida y en las perspectivas de envejecimiento.
En vez de pensar en una segregación por edades, la meta sería cambiar de una sociedad diferenciada por edad a una sociedad integrada por la edad (Moody, 2012). De esta forma las oportunidades en la educación, el trabajo y el compromiso social estén disponibles para todas las edades.
La teoría de la actividad se debe destacar como una opción desde la juventud, sin embargo ante la creciente poblacion de adultos mayores con un incremento en enfermedades crónico-degenerativas como: diabetes, enfermedades cardiovasculares, obesidad y cáncer, nos hemos olvidado de las opciones.
La combinación de esfuerzos hacia la actividad física debería ser un bien necesario para todos como lo es el comer, beber agua, y suplir necesidades básicas. Esta teoría podría comenzarse a través de la modificación de los hábitos, la disciplina de una salud activa y a trabajar cada día con la recopilación de nuevas metas cada día de nuestra vida. Rodearse del apoyo familiar, entendiendo el proceso de envejecimiento como uno natural e inevitable de la vida. Esto transformaría la perspectiva del curso del envejecimiento, comenzando desde el núcleo familiar.
Las situaciones y retos que se nos presentan en la vida, deberían ir de la mano del positivismo, el deseo y la energía que envuelve una vida con propósito.
La tercera edad o etapa del envejecimiento es algo formulado individualmente, pero creo que es importante comprender cada una de las etapas de la vida y hacer recuento, junto con las personas y el medio ambiente que es parte de ella y que están constantemente influyendo en el curso de la vida.
Todos nosotros tenemos la responsabilidad de reconocer las contribuciones, celebrarlas y crear más conciencia social sobre la importancia de nuestras relaciones mutuas en el proceso de envejecimiento, para tener una mejor calidad de vida.