Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
La opinión pública ayuda a formular nuevas ideas y a solidificar o cambiar tendencias en la sociedad. Esta se manifiesta de distintas maneras, como mensajes, entrevistas, escritos en la prensa diaria, actividades públicas y privadas, sondeos y encuestas. Entre sondeos y encuestas, de acuerdo a sus definiciones por la ciencia de la estadística, la encuesta tiene un valor social de mayor credibilidad cuando se ajusta al método científico.
El sondeo tiene también un valor importante al querer encontrar la opinión pública. Nos lleva al camino del aprecio por los valores que respalda nuestra sociedad y en ocasiones nos señala los caminos que debemos recorrer. Pero también en ocasiones nos conduce a conocer sentidos equivocadas o caminos que no debemos aventurarnos.
Ciertamente también a veces nos hablan la fuerza y militancia de los grupos y no la mejor verdad de todas las verdades que se postulan. Las mayorías en los sondeos que hacemos parecen decirnos que hay más personas en los bandos, pero también cómo esos bandos están pensando.
La cantidad que recibimos en el poco tiempo que dura un sondeo puede ser exigua o abundante, pero todos los resultados son importantes. Resultados repetitivos nos dan cuenta de la consistencia en la opinión, pocos que accedan nos dicen la falta de interés por el tema que preguntamos. En ocasiones, resultados contradictorios nos permiten ver diferencias en donde se supone haya consistencia.
Generalmente no comentamos los sondeos, dejamos que el pueblo los interprete. A los que nos critican, tenemos que ignorarlos no por falta de respeto, sino porque creemos que cumplimos una función social, desinteresada y en amor a nuestra ciudad que está aun por encima de lo que creemos. En un sondeo, todas las opiniones son válidas y con buena fe, pueden ser instrumento de referencia para lograr buenas y mejores decisiones para nuestra ciudad. Al menos a eso aspiramos.