Si nos remontamos al 1998 recordaremos que el alcalde Edwin Rivera Sierra, conocido como ‘el Amolao’ fue la primera persona que mostró verdadero interés en esta obra. Sin embargo fue objeto de burlas y críticas, lo cual sucumbió en el ánimo de mencionado alcalde así como la pérdida de su re-elección y por ende el olvido de la obra de arte. Ya para el 2008 trasladan las más de 2,700 piezas al puerto de Mayagüez con motivo de buscarle lugar e inauguración para los Juegos Centroamericanos y del Caribe XXI. Otra medida fallida donde dejan abandonadas y en deterioro las piezas de arte por cierto periodo de tiempo, siendo sujeto de vandalismo y hasta rumores de robo. Los fondos posteriormente aparecieron luego de varias disputas políticas y sociales por el montaje de la obra ‘El Almirante’.
Actualmente en el barrio Islote del Municipio de Arecibo ya está ubicada la obra de arte. Esta mide aproximadamente uno 315 pies, diez pies más que la estatua de la Libertad y promete ser una atracción turística y ecológica para nuestro País. ¿Que representa la estatua de Colon? La controversia que desencadena su presencia infiere que este personaje está asociado a ‘la avaricia, la injusticia, el genocidio, la violación, la prostitución y la esclavitud de pueblos nativo-americanos y caribeños, de africanos y aún contra algunos colonos europeos’ (Piñeiro, 2014). Este es el pensar de algunos opositores, sin embargo lo que representa realmente es la historia por medio de la visión y el arte de un artista. El no reconocer esta obra que es parte de nuestra historia, no implica que vamos a borrarla u olvidarla. Es importante saber que una obra de arte que fue tan controversial desde sus inicios actualmente ha logrado su objetivo y habrá de formar parte de una localización turística en nuestro Puerto Rico y única en nuestra historia.
Referencias:
Carla Narváez Rosario es Doctora en Medicina, actualmente en Chicago, Illinois.