Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Uno piensa que el político común no hace nada contra los miembros de la colectividad. Pero en Puerto Rico, donde hay una manera de hacer política muy peculiar, uno puede ver cada cosa detrás de la otra sin dejarse de sorprender.
En la campaña de las primarias, el gobernador estaba dando el ejemplo de pelear con todos, sin excepción. De acuerdo a su criterio, todos los demás funcionarios del gobierno cargaban la culpa de la mala suerte que persigue al gobierno. El no asumió la responsabilidad de nada, culpó a las cámaras legislativas, alcaldes, funcionarios públicos y hasta jueces.
El alcalde Carlos López hizo una campaña contra Rafael (Tatito) Hernández y hasta pretendió imponer un candidato para el Distrito 11. Senadores y representantes, también del Partido Popular ayer protagonizaron una tiraera visceral y posiblemente irrevocable buscando destacar su protagonismo en la medidas «buenas» y el rechazo de medidas «malas».
Todo eso contribuye a contaminar el ambiente, ya de por sí cargado de tanta noticia negativa. Tenemos que ir saliendo de muchos de esos políticos insuficientes que complican los problemas, muchos de los que ellos mismos nos han causado con sus actuaciones y que a falta de reconocimiento público, desde el lugar donde se supone que sirvan al pueblo, se sirven asimismos perdiendo el tiempo en tratar de realzar sus imágenes.