Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Al Partido Popular se le dañó la brújula. El diseño del futuro no estaba en la mojiganga política, sino en la creatividad como norte.
Desaprovecharon la oportunidad de ser inclusivos, al proponer un referéndum de aceptación o negación a la estadidad. Es una estrategia floja, sin profundidad ni deseo de resolver el problema del estatus porque el resultado de esa consulta nos llevaría a la nada de nuevo, si el pueblo no acepta la estadidad. Con esa actividad, nos quedamos en lo mismo, atrasando el cambio que debe venir para resolver nuestro problema económico y de derechos.
Claro que el juego es destruir la fórmula estadista. Para algunos, eso es más meta que la meta. Pero el juego, para ser limpio, efectivo y definitivo, tiene que incluir a los demás componentes. Con inventos electoreros no se pueden borrar masas de personas que piensan de tal o cual manera. Eso a veces exacerba las pasiones y la parte opositora termina ganando.
La estrategia es la siguiente. Todos sabemos que una consulta al pueblo que incluya cuatro fórmulas, divide al PPD, porque de alguna manera, algunos emigrarán a votar por algo distinto a lo que ya no se podría incluir, que es el Estado Libre Asociado. Por eso optan por la pelea chiquita de la distracción, para extender el tiempo como si ya no estuviéramos hartos de la inacción que tanto daño hace a este pueblo.
A principios de mi carrera legal, recibí un consejo de un amigo que entendía que la misión del abogado era que nunca se terminaran los casos para poder tener siempre trabajo asegurado. Me dijo que me esforzara buscando que la letra de la ley siempre acompañara mis planteamientos y que cuando estuviera sin opciones formara un revolú porque «a río revuelto, ganancia de pescadores».
Eso es lo significa lo que aprobó el PPD. Pero ellos, para prevalecer, ni siquiera necesitaban una opción. Bernier o cualquiera de los miembros del Directorio pudo haber transformado el partido en la sede de todas las opciones, prometiendo al pueblo un proceso para llegar al otro lado de la ecuación. Ni siquiera tenía que parir una fórmula de estatus dolorosa.
Al proponer una consulta sí o no, han activado los estadistas y tal vez puesto el poder en bandeja de plata en manos del PNP, mientras en ese pequeño grupo de directores populares hay mayoría, pero no consenso. Mayoría reducida que no convence, no integra, ni consolida.
Complicar las cosas en el tema del estatus era bueno en el pasado, pero no en el presente.