A las seis de la mañana| Confirmando la inmortalidad de Moisés Navedo

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

Es parte de la realidad social no valorar muchas de las ejecutorias de los antepasados por falta de información o comprensión de su alcance. A veces se ve lo que se recibe de bienes materiales y de ahí se mide la aportación de las personas a su generación.

Mily Navedo no fue una deportista de la talla de Moisés Navedo. Pero como su padre, es un ejemplo de una persona dedicada a su comunidad y a las buenas causas, incluyendo el deporte. Para los que no lo saben, ella es miembro de la Junta Directiva del Salón de la Fama del Deporte Vega Baja Melao Melao y actualmente ocupa el cargo de Secretaria. Es una de varias semillas del famoso y laureado «Gran Moses» como se le llamaba en su tiempo. Da su tiempo y sus energías para darle continuidad a la institución que declaró a su padre exaltado, pero no heredó una silla en la Junta, se la ganó por sus propios méritos. La seleccionamos por unanimidad.

Sus hermanos y ella son aportadores constantes a su pueblo. Desde la distancia, el varón Gumby sigue en contacto con todo lo concerniente a nuestra ciudad mientras se destaca en la música en el estado de Florida, Lourdes es una empresaria cuya presencia es notoria por sus talentos y fuerza y Mily es punto fijo por mucho tiempo continuo individual y en asociación con entidades de servicio.

Anoche ganó el equipo de baloncesto de los Capitanes de Arecibo, con el cual su padre se consagró para la historia. Y ahí estaba su hija, pendiente de disfrutar un tiempo que su padre vivió, pero que antes no pudo entender en su inmensidad. Sentía la presencia espiritual de su padre, lo que él cosechó en su vida y que le legó a su muerte. La mejor herencia que se puede recibir.

Moisés es un inmortal del deporte. Su pueblo, su equipo y todo Puerto Rico lo ha honrado en vida y a su fallecimiento. Perpetuar ese valor es la antorcha de relevo de Mily y de sus demás hijos, porque los que se declaran vivos para nuestra memoria colectiva, jamás se podrán olvidar.

Gracias, Mily, por estar en el lugar, día y hora precisos como un símbolo de tu familia Navedo y de la familia vegabajeña a la que todos pertenecemos.

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