Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
A mi no me gusta la intervención de los partidos políticos a nivel central sobre el nivel local. Como Comisionado Electoral lo combatí en el PNP hace varias décadas y es siempre mi creencia de que el poder político tiene que nacer desde la célula menor del seno familiar o al menos desde un sector o un barrio. Hoy día, desde luego, aquel concepto de antes de que los clanes bajaban con un candidato y determinaban los resultados ya no tiene tanta vigencia, por la independencia personal y por el efecto de las comunicaciones.
El problema de la intervención «central» o «estatal» es que algunos líderes o asesores de líderes se sientan cómodamente con aire acondicionado en high a imaginarnos como unos indios con taparrabos que somos capaces de obedecer ciegamente hasta a buscar el olor de los gases de los aspirantes notorios o sus grupos de trabajo. Piensan que el ideal (sea independentista, estadolibrista o estadista) es la Biblia de los electores y que cualquier cosa que digan o impongan se seguirá al pie de la letra porque la fidelidad irá por encima del razonamiento.
Así se cuelan creencias de que todo lo que hace el incumbente está bien o está mal, dependiendo de quien gobierne, que principios a obedecer con fundamentos equivocados tienen que respaldarse, que hay que cumplir cuotas en los trabajos para poder ser considerado genuino proselitista y muchos otos inventos geniales para sustituir la razón por la emoción de repetir y vociferar a favor del candidato o del partido, hasta el cansancio o agotamiento.
Pero lo que he sabido en esta campaña entre los candidatos del PNP en Vega Baja no es bueno. Tanto a nivel central de los candidatos Ricardo Rosselló como Pedro Pierluisi no estan contentos con el desempeño de sus favorecedores (Galán con Rosselló y Miguel Angel con Pierluisi), en el aspecto de organización local. Tal parece que ninguno de los dos ha logrado crear buenos equipos de funcionarios electorales y los equipos que se necesitan para la primaria del próximo domingo y están poniendo en riesgo la respuesta electoral al evento. Hay muchas quejas de la pasividad de Miguel Angel y del carácter de Galán, quien luce enojado, según dicen sus propios seguidores.
El proselitismo en nuestra democracia es voluntario. Los que siguen a líderes deben ser tratados con amabilidad, porque generalmente vienen a ayudar sin paga. La ventaja es que cuando se tiene poder porque se ha escalado una posición, hay la oportunidad para ayudar a los que ayudaron o a intervenir para que el problema del seguidor o las situaciones personales, familiares, comunales o de su grupo se resuelvan con más celeridad. A veces ni la plataforma política importa para perpetuar la conexión, sino una buena sonrisa a tiempo y saberse que está en un grupo que quiere ganar y uno ser parte de este triunfo.
Sé que hay mucha gente que quiere ayudar en estas primarias y otros que querrán ayudar en las elecciones de noviembre. Si nuestros líderes en todos los precandidatos o los partidos quieren una respuesta del electorado, tienen que trabajarla. Pero tienen que comenzar por vencer su ceguera y ver a quienes tienen más cerca y que voluntariamente quieren ser parte de los eventos. No hay razón para tratarlos como servidumbre. Eso dista del significado de liderato en tiempos modernos.
Vega Baja no será fácil para los penepés aunque haya una ola electoral a favor de los azules. Ocho años de errores en el poder siguen como almas en pena detrás de ese partido en Vega Baja. En ocasiones he mencionado la inercia en los legisladores municipales y la falta de interés de los precandidatos a alcalde, legisladores municipales, senadores y representantes por saber de Vega Baja. Tal parece que le chuparon la energía política; tienen un trauma sicológico colectivo y estan en depresión. Para el domingo se les está haciendo tarde y para noviembre no pueden llegar con ese ñeñeñé y dejarse comer todos los dulces, porque el otro partido político está sólido a nivel local y es posible y probable que Vega Baja vuelva a vestirse de rojo.
Solamente un pasado presidente de la Legislatura Municipal, que no es candidato a nada y que pertenece al PNP, estuvo presente hace unos días atrás en el Mensaje del Alcalde. Los dos legisladores municipales penepeístas que hicieron presencia, ni siquiera aparecen en los retratos que hemos visto. Nadie ha hecho expresiones para los medios en contra del mensaje, por lo que hay que presumir que fue un mensaje perfecto. Eso, en año de elecciones, está contraindicado.
No hay voluntad real de ganar entre ellos, pero siempre alguna trucha atraparán a la larga. Si hay gobierno estatal compartido con el municipal, o si el municipal se divide, ya los veremos como héroes poniendo la retranca.