Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Uno de los issues en esta campaña primarista en los partidos principales es la alegada falta de experiencia de algunos candidatos.
No es necesario decir nombres ni calificar personas, la democracia nos permite ver y oír a cada uno de ellos lo que dicen o que dicen los demás de ellos. Pero en realidad no hay una fórmula para el bueno o mejor desempeño de un funcionario público cuando llega al poder.
Hay personas que en sus hojas de vida demuestran haber aprovechado su vida estudiantil e impresionan con sus calificaciones. Otros no tienen ese pasado pero son buenos ejecutantes, tienen o desarrollan la aptitud de trabajar con el know how de cada cosa. Nadie lo sabe todo, pero para eso están los libros, los asesores y la intuición.
Otros tienen la experiencia, que es una de las herramientas más útiles del éxito. Pero a veces esta no es suficiente para la labor que aspiran o aprendieron mal. Otros saben atesorar la experiencia de otros y en especial la experiencia de la historia y de la nada y se convierten en triunfadores aun cuando no tengan la experiencia personal o que es limitada. En cualquier trabajo ejecutivo se presentan situaciones noveles, de las que nunca hubo oportunidad de ensayar o deliberar y es ahí donde la experiencia externa es útil.
Hay una tercera cualidad que no se menciona, que es la madurez. La madurez es una actitud de unir el conocimiento y la experiencia y de encontrar las mejores soluciones y ejecutarlas. La madurez se puede encontrar en el desempeño personal, familiar y social del individuo. Es la manera en que se conduce con su carácter en situaciones diversas de presión y en la tolerancia que tiene.
Si aplicamos esas tres cualidades, podemos encontrar a los mejores candidatos para elegir a los funcionarios de los próximos cuatro años. No hay que mencionar nombre, esa debe ser tarea individual de cada uno de nosotros.
La inteligencia de un pueblo comienza con la evaluación de las mejores opciones de candidatos e ideales para el futuro. Eso forja el marco de la felicidad colectiva a que aspiramos.