Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Anoche el alcalde Marcos Cruz Molina pudo haber ofrecido su último mensaje como alcalde. Si no gana las elecciones, no hay un mañana ni una segunda oportunidad.
Pudo haberse despachado con la cuchara grande, aprovechando la audiencia cautiva, la utilización de las redes sociales y la reproducción que hemos hecho de su actuación ante la Legislatura Municipal de Vega Baja y los que estuvieron presentes. Yo no pude estar y lo lamento porque creo que fue un buen discurso.
El mensaje de presupuesto es una obligación legal pero es a la vez una oportunidad que tienen los políticos incumbentes de lucirse con sacos de promesas o echonerías de lo que han hecho. Algunos son hiperbólicos, o sea, exagerados, amplifican el contenido para impresionar, mantener sus adeptos y ganar otros nuevos. En una ocasión uno de nuestros alcaldes del pasado se presentó con tenis a leer su mensaje que de hecho, apenas lo podía leer bien porque ni lo había hecho, no lo entendía y ni siquiera lo había practicado.
El mensaje de presupuesto es un documento histórico. Si está basamentado en hechos reales, es creíble. Si no exagera, es responsable. Si en pocas palabras se presenta la idea y los hechos, es una joya. Yo creo que el mensaje del alcalde esta noche cumple con estos criterios básicos.
Cruz recoge la historia de su administración. Consciente de la luz propia, no es incisivo como en sus primeros dos mensajes de 2013 y 2014 contra la administración penepé que le precedió. Se percibe claramente que siente orgullo por lo que ha logrado con su plan integrado de iniciativas originales, mejoramiento de las existentes y de nuevos proyectos a desarrollar. Pero lo mejor que presenta es un presupuesto posible y creíble. No lo trepa a cantidades para impresionar sino que el modesto aumento es justificado económicamente, pese a la adversidad real de estos tiempos.
La realidad supera la imaginación. Podemos opinar que debió hacer esto o mejor lo otro que lo que ha hecho o criticarlo por lo que dejó de hacer, pero hay que mirar las limitaciones. Ningún alcalde ha tenido recursos infinitos. Lo importante es que los que tenga, los utilice bien.
Creo que este mensaje es claro en que el alcalde ha cumplido su responsabilidad legal haciéndolo una obligación moral personal. No hay escándalos y deja muy poco sobre decisiones equivocadas o favorecedoras de su grupo político-partidista.
Cierra su mensaje con algo que no me había percatado. El menciona el color verde como símbolo de la esperanza. Y es uno de los colores oficiales de Vega Baja. El otro que no menciona es el amarillo que representa en tiempos modernos neutralidad y oportunidades para todos. Ambos están presentes en el Vega Baja de hoy.
Aunque uno nunca está conforme, es placentero vivir por cuatro años sin vergüenza ajena, en un ambiente sin la carga del partidismo como condición para participar de los servicios públicos que se ofrecen y donde no hay obras faraónicas para deslumbrar -o confundir- a uno. Tal vez nunca se esté completamente de acuerdo, pero al menos ha escuchado y respetado. No hay perfección, pero hay que reconocer que es mucha planificación, trabajo y esfuerzo realizado lo que Marcos Cruz ha propiciado en su administración.