Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Dios fue generoso con los vegabajeños. Nos dió un lugar bello, prolijo y bien ubicado. En nuestra tierra no solo hay suelos de distintas clases sino una fauna y flora abundante y diversa. Y de aguas ni se diga. Hay mar, ríos, quebradas, manantiales, caños, fuentes subterráneas, agua dulce y salada. Tenemos una costa amplia pero también montes y montañas. Arenas de distintas clases, una vega baja donde se produce de todo.
Pero no se nos da gratis. Tenemos que cuidarlo para no perderlo. Los recursos naturales se inutilizan o se agotan cuando abusamos de ellos y en ocasiones, los perdemos. Hay que ser diligentes, precavidos y cuidadosos para retenerlo en buen estado siempre
Una de las cosas que tenemos que hacer es evitar que se construya cerca del mar. También ir retirando edificaciones y construcciones cerca de la costa. Que lo que se destruya por el efecto de las olas y el salitre no tratar de rehabilitarlo o reconstruirlo, sino eliminarlo. Hay que dejarle el espacio que le ha correspondido en el pasado y que fue usurpado por el ser humano y el que se anticipa que tomará por el efecto del calentamiento solar y el deshielo en los polos.
Tierra adentro, tenemos que ser prudentes con los lugares donde la naturaleza hace crecer plantas, árboles y arbustos y donde los animales tienen su habitat. Todos necesitamos de su presencia para que se complete el ciclo de la vida porque solos, sin el resto de la naturaleza, habremos de perecer más pronto y sin nada que disfrutar.