Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Es un privilegio para los buenos hijos de esta dama ver que su progenitora ha tenido una larga vida. Doña Laura Marrero, mi maestra de segundo grado, ha alcanzado las tres cifras. Sus hijos le celebraron la ocasión con una actividad festiva que muy pocos pueden lograr en su vida porque la longevidad no es de todos.
Felicidades a Mrs. Marrero y a sus descendientes, que son fieles ejemplos sociales de lo que unos excelentes padre y madre pueden lograr con su familia.
Si escribo hoy día lo debo en parte a esta buena maestra, que a temprana edad me instruyó y educó en la corrección y pronunciación. Igual deuda tienen todos aquellos que pasaron por sus aulas.