
OBITUARIO| Aida Maldonado

Mis cuatro amores. La mayor de ellas, mi amada suegra, decidió ir a morar con el Señor. Su ausencia nos deja gran tristeza. Un espacio profundo el cual no se me hace fácil explicar. Fuiste mi amiga, la alcahueta, una gran abuela para mis hijas y madre sin reparos de mi amada Aymette. Te extraño con locura, pero estoy seguro que estas en el lugar que todos anhelamos estar luego de nuestra vida terrenal: al lado del Padre. QDEP mi amada Doña Aida.