
Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Me preguntan cuál fue la posición del Partido Nuevo Progresista en el nivel local y el estatal respecto al alcalde Edgar Santana Rivera en su posición oficial y como Presidente del Partido Nuevo Prgresista.
Pese a la acusación, convicción y encarcelamiento, nunca se le expulsó del Partido Nuevo Progresista. Incluso he escuchado voces de que mientras esté su caso en apelación, no se le puede hacer ningún juicio político partidista. Otra versión dice que no siendo candidato no hay nada que resolver, que si en alguna ocasión volviera, pues entonces se le impediría postularse como precandidato o candidato. Similar destino de inacción ha corrido para los convictos senadores de distrito por el Partido Popular y el Partido Nuevo Progresista, Américo Martínez, Dr. Edgardo Rosario Burgos y Victor Marrero, los alcaldes Carlos López, Juan Aubin Manzano y Juan (Mane) Cruzado. Los partidos no expulsan a sus miembros del partido, solo los limitan cuando van a ocupar posiciones directivas dentro de la institución o cuando van a ocupar un puesto o un cargo público.
Cuando Jesús (Chu) Valle quiso ser precandidato a alcalde, Edgar Santana se opuso alegando corrupción de su parte. Y mediante ese procedimiento descalificaron a Chú, Edgar no tuvo contendientes en una primaria interna y entonces se creó el Partido Vegabajeños Unidos para las elecciones de 2004. Poco antes de las elecciones, Jesús aceptó una propuesta de Edgar Santana para darle trabajo que nunca cumplió, pero las supuestas huestes de Valle bajaron apoyando a Santana.
Cuando Santana fue encontrado culpable y encarcelado, nadie radicó ningún proceso para destituírlo. La Legislatura Municipal informó que la «plaza estaba vacante» y así, sin más ni más, se procedió a iniciar el procedimiento de sustitución. Legalmente Edgar Santana nunca fue depuesto de su cargo, aunque por sus actos posteriores de solicitar y obtener una liquidación de alrededor de $35,000.00 por su desempeño como alcalde que «nunca había tomado vacaciones» podría ser una aceptación tácita. Esta fue otorgada por la administración siguiente de Iván Hernández González, de conformidad con la ley y la conveniencia de liquidar el asunto lo más pronto posible.
Aun estando cumpliendo la sentencia, los seguidores de Edgar Santana, entre ellos algunos de los que había nombrado como funcionarios, empleados o contratistas dentro del Gobierno Municipal, continuaron manipulando votos en el PNP local para evitar que el propio candidato del Partido Nuevo, Ivan Hernández, obtuviera el triunfo y que por el contrario, perdiera todos los colegios electorales del precinto municipal de Vega Baja. A él le echaban culpas que quizás nunca tuvo, pero así es la política, un «estercolero». Eso, sumado a la excelencia del candidato popular, permitió una holgada victoria de cerca de 8,000 votos de mayoría a Marcos Cruz Molina, que candidato a alcalde alguno había podido lograr en nuestra historia.