Luis Mejías Astol| Halloween sabaneño

EDGAR PABON LUIS MEJIASSuperhéroes y personajes de los cuentos en la Noche de Terror, Noche de Brujas
El año pasado me fui de «trick or trick» recordando parte del ayer de Sabana por la Calle Uno recordando a la gente que ya no está con nosotros y quienes pasaron a otro nivel celestial.

Lo recuerdo como ahora. Esta noche esperé un poco más tarde, compré algunos dulces por aquello de si aparecían algunos niños con caretas muy feas pidiendo dulces por la calle. Pensé también que no vendrían porque el pasado año disfrutaron de una fiestecita en el negocio de Bibi Pantoja; una idea que aplaudí con entusiasmo.. porque así estarían reunidos en un mismo lugar con sus familiares y no por las calles.


Esta noche fue algo diferente, tal vez por la pertinaz lluvia que temprano en la noche cayó. Vi niños con caras pintadas con gran imaginación, disfraces de superhéroes como Superman, el Hombre Araña, La Mujer Maravilla, El Zorro y el uso de vestimentas alusivas a los personajes de los cuentos del ayer; así las cosas observé a la Caperucita y a la Cenicienta.


Esto me motivó a que usara también mi imaginación y me disfrazara de «El Llanero Solitario» y con mi amigo «El Indio» (Toro) cabalgara nuevamente por las calles del barrio en ese pasado que aun recordamos. Cuantas sorpresas tuve en ese recorrer nocturno. No habían disfraces como tal, los muchachos solo usaban caretas hechas de cartón y papel, unas hechas de fundas y otras de cartulina, todas ellas creadas por ellos mismos. Pantalones anchos y grandes camisas, sombreros y gorras.

Una que otra careta de monos, de Viejo y las de Drácula y Vampiros no podían quedarse… estas las compraban. Más bien las usaban con la intención de asustar… no recuerdo ninguna chica que lo hiciera pero si la de vestirse de brujas con una nariz grande y vestimenta ancha. Muy pocas lo hacían eran varones también y se formaba el corillo por las calles acompañando a los disfrazados. Esto no duraba mucho, se recogían temprano. No eran niños, eran los muchachones y adolescentes.

No puedo recordar haber visto casas adornadas para «Halloween». No había calabazas gigantes, ni fundas llenas de basuras pintadas, ni simulaciones de fantasma alguno, ni telas de arañas gigantes.. y menos con luces. Así vi algunas casas este año en el recorrer por el barrio. No he escuchado de abusos cometidos, tiradas de piedras,  tiros de «gotcha»,  tiradas de huevo, ni maldades dolorosas para los residentes. Esto es símbolo de amistad, compañerismo y gran sentido de pasarla bien.


Me alienta el pensar que esto está cambiando a una visión nueva para esta noche. Son las doce de la noche y la música de bachata y merengue del «Right Field» me hacen volver a la realidad, me desmonto del caballo y me despido de mi amigo Toro.

 31 de Octubre del 2015.

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