Por Thomas Jimmy Rosario Martinez

Si concebimos al Gobierno Municipal como propiedad de los partidos, de entrada tenemos la pelea perdida para el progreso. Pero si somos objetivos, todos podemos hacer una labor constructiva.
Vega Baja no es, nunca ha sido ni será, bajo la democracia, una ciudad roja, azul o verde. Es, por el contrario, un ente integrador que puede beneficiarse del talento de todos los ciudadanos que interesen incursionar en la política y que puedan hacer una aportación en las estructuras de gobierno.
Pero esto tiene que hacerse nuestro convencimiento. Y así como nos preocupamos de que los ciudadanos reciban bienes y servicios, tenemos que propiciar una verdadera participación activa tanto en la parte permanente que son los empleos como en los cargos municipales.
Esta idea nunca le ha gustado a los que ostentan el poder porque se creen con derecho a seguir gobernando y a favorecer a personas de su propio partido y aun de su propia familia. Compartir el poder a veces se percibe como un riesgo a la permanencia. Esa estrategia política de la historia, que existe aun en nuestros días, se evidencia con la preferencia a familiares de los que ostentan los puestos de mayor jerarquía para ocupar puestos en detrimento de terceros quizás mas talentosos o calificados que los que se escogen. Un segundo criterio es el de ser del partido político, criterio que podría tolerarse en puestos de confianza, pero nunca en puestos de carrera u otros tipos de contratación.
Esto no solo ha ocurrido y ocurre en el Poder Ejecutivo Municipal. En la rama legislativa, dos de las secretarias de dicho cuerpo en el pasado eran familiares de dos legisladores municipales de mayoría y nadie vio eso como un conflicto en potencia.
Y hablando de la Legislatura Municipal, es menester recordar el compromiso de la minoría no solo de aportar con proyectos de ordenanzas y resoluciones sino de hacer una oposición real y efectiva. No hacerlo, es un acto de negligencia en el cumplimiento de su deber. Lo que puedan decir para la campaña política siguiente a la de su incumbencia podría, pues, no estar acompañado de buenos ejemplos si no hacen su labor como debe ser. Y no sólo no están sirviendo adecuadamente al pueblo, sino que tampoco le sirven a su partido si no cumplen la labor fiscalizadora y la aportación de nuevas y buenas ideas.
La oposición debe hacer una labor constructiva. Eso fue lo que escogieron hacer y tienen que cumplir. Si quieren buenos ejemplos a seguir, no me cansaré de mencionar la labor del actual alcalde Marcos Cruz Molina cuando era legislador municipal, quien producía buenas ideas a la vez que examinaba detenidamente los proyectos de administración y la labor que su entonces oposición política realizaba de la Alcaldía y aun en la Legislatura Municipal. Puedo también reconocer la labor que realiza actualmente Miguel A. Ojeda, desde su banco en el extremo minoritario.
Y no estoy sugiriendo hacer oposición para buscar ganancia política. Ese no es el propósito. Insisto en trabajar primero para los vegabajeños como vegabajeños. La responsabilidad social traera ganancia social individual y colectiva para quien así lo haga, pero eso es solo un efecto colateral de servir verdaderamente a nuestro pueblo, con amor y con intensidad.