
Por: Zeleida M. Vázquez Rivera MPH-MCH, Programa Barrio Vivo de Iniciativa Comunitaria
Dimaris Torres Agosto MPHEc, Programa Barrio Vivo de Iniciativa Comunitaria
El consumo de alcohol y las prácticas sexuales sin protección en edades tempranas son situaciones de salud pública que ameritan una atención proactiva. Diferentes estudios muestran que el alcohol es una de las sustancias de mayor consumo entre los adolescentes. La combinación de alcohol y sexo en menores de edad tiene repercusiones en la salud como el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH, los embarazos no deseados, afecta el aprendizaje y el control de impulsos.
Según datos de la Encuesta Juvenil (2013), realizada a menores de edad en las escuelas de Vega Baja, el 64.1% de los estudiantes tuvo su primer contacto con el alcohol antes de los 15 años. El 52.9% de los estudiantes habían consumido alcohol alguna vez en su vida, mientras que un 43.0% habían consumido alcohol en el pasado año. Por otra parte, el 74.5% de las féminas tuvo su primer contacto sexual antes de cumplir los 15 años, mientras que el 68.7% de los varones presentó la misma conducta.
Esta situación es preocupante ya que, existe una gran asociación entre el consumo de alcohol y prácticas sexuales de alto riesgo. En Puerto Rico, entre las infecciones de transmisión sexual más reportadas por los jóvenes se encuentran la clamidia, sífilis y gonorrea. Datos reportados por el Departamento de Salud entre los años 2007 y 2013, muestran que los grupos de 15 a 19 años y 20 a 24 años son los más que reportan casos de clamidia y gonorrea. Por otro lado, el 16.9% de los nacimientos en Puerto Rico para el año 2010 se reportó en la población de adolescentes entre las edades de 15 a 19 años.
Las relaciones sexuales durante la adolescencia pueden provocar cambios en la vida de los adolescentes en una etapa en la que aún existe inmadurez física y emocional. Los adolescentes necesitan tomar decisiones saludables para enfrentar las situaciones que son parte de las experiencias de la vida en las que se relaciona la familia, los amigos y el entorno social. Es por eso que es indispensable desarrollar programas y estrategias educativas para retrasar el inicio de consumo de alcohol y las prácticas sexuales en los menores de edad.
Ante este panorama el Programa Barrio Vivo de la organización Iniciativa Comunitaria, desde el 2011, implementa tres estrategias de prevención de alcohol dirigidas a retrasar y disminuir el consumo de alcohol en los menores de edad en Vega Baja. Las estrategias implementadas son a nivel individual y ambiental con el fin de abordar la situación desde el ángulo familiar y el comunitario.
A nivel individual Barrio Vivo trabaja con la práctica basada en evidencia Creando Relaciones Duraderas en la Familia. A través de esta práctica, los participantes (jóvenes y sus padres) desarrollan destrezas sociales para la madurez personal, fortalecimiento de la familia, comunicación interpersonal, conocimiento correcto sobre el alcohol y drogas. Los resultados de la implementación de esta práctica basada en evidencia retratan una disminución de un 13% en la conducta por parte de los jóvenes de beber en racha (5 tragos o más). De igual forma, hubo un aumento en la percepción de daño por el uso de alcohol en un 20.7%. Los jóvenes informaron percibir un aumento en la supervisión por parte de su familia en un 41%.
Por otra parte, a nivel ambiental trabajan con las estrategias Código de Orden Público (COP) y Mercadeo Social (MS). La estrategia de COP tiene como propósito promover la aplicación visible de las leyes dentro de la jurisdicción del COP, en especial el artículo 2.4, para retrasar el inicio de uso de alcohol en menores. En cambio, la estrategia de MS se enfoca en orientar a los 40 comerciantes que venden alcohol dentro de la jurisdicción del COP en Vega Baja sobre las leyes que prohíben, rigen y regulan la venta de alcohol a menores de edad. Los resultados de la campaña de MS reflejan un aumento de 14.6% a 22.4% en las veces que se les solicita a los jóvenes una identificación al momento de comprar alcohol. Asimismo, la percepción de riesgo de los comerciantes a ser multados aumentó en un 27.8%.
El abordaje de esta problemática de salud pública es uno multisectorial. Iniciativa Comunitaria trabaja en alianza con Marcos Cruz, Alcalde de Vega Baja, un Consejo Asesor de Prevención compuesto por 12 sectores, la ASSMCA y el Centro de Investigación y Evaluación Sociomédica (CIES).
Referencias:
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Castaño-Pérez, G., Arango-Tobón, E., Morales-Mesa, S., Rodríguez- Bustamante, A. & Montoya-Montoya, C. (2013). Riesgos y consecuencias de las prácticas sexuales en adolescentes bajo los efectos de alcohol y otras drogas. Revista Cubana de Pediatría, 85(1), 36-50.
Departamento de Salud. (2013). Enfermedades de Transmisión Sexual en Puerto Rico, 2003-2013. Recuperado de http://www.salud.gov.pr/Programas/DivisiondePrevencionETSVIH
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Encuesta Juvenil de Vega Baja (2013). Base de datos. Documento.