Ideario Vegabajeño| Maritza Beatríz Ramírez Cruz| 2013

elsia cruz torruellas y sus hijos

Soy una maestra de teatro…

Intentar comunicar ideas y transmitir sentimientos. Mostrar como se puede amar la historia, las realidades y fantasías. Lograr defender esa forma única y mágica de amar. Identificarse con ellos, a quien se les enseña a amar lo que amas.

Mantener una controlada, apasionada, cuerda y divina locura y saber alternarla con las realidades de los demás. Luchar por las ilusiones dentro de universos de verdades absolutas. Combatir con espadas utópicas a reyes medievales, rutinarios y elitistas.

Enfrentarte con molinos… ¡sabiendo que son molinos!, y no tener la ilusión de haberte sentido al menos derrotado por poderosos e intimidantes gigantes, sino saberte vencido… solo por molinos. Saber que cada día será como un irrazonable juego virtual en el que cada nivel ascenderá en su dificultad y lo único que te devolverá “vidas” será el deleite de aquellos, a los que les revelaste como alcanzar el premio de la satisfacción, sin dejar de ser ellos mismos pero comprendiendo y aceptando el como son los demás.

Se llora mucho, se ríe mucho… ¡se hiperventila mucho! Se suele ser optimista, de repente pesimista y se vuelve a ser optimista. Se duda, se reniega, se observa, se cuestiona, se combate, se analiza, se investiga, se maximiza, se responsabiliza, se compromete, se cree, se quiere… se quiere y se vuelve a querer.

Es que hay tanto amor en esto envuelto. No se puede ser de otra manera cuando se escoge esta vida y esta vocación. Es una responsabilidad muy grande cuando el trabajo se ata de frágiles y fuertes hilos de emociones e ideales. Este nudo dogmático-teatral es el norte de mis libertades.

Y cuando acechantes tijeras amenazan ultimar contra los lazos que han sido construidos en espinosas encrucijadas, no se puede evitar la tristeza y la indignación.

El mundo entonces se acaba, los monstruos aguardan, los Lorcas son asesinados, las Julias mueren solas y abatidas y vuelven a ahogarse las Alfonsinas…

Pero no… no tengo el remedio de desenlaces designados a verdades eternas. Soy de la masa cotidiana y contemporánea, una mujer de la clase media que le tiene miedo al dolor, a la prisión y a la oscuridad, al moldeo, a los cuadrados y a la soledad… que escogió servirle a la juventud y al arte que son mi patria.

Esto soy, y soy inmensamente fiel a lo que decidí ser… una maestra de teatro. Hoy, cayeron vencidos mis Quijotes… sé que mañana mis Sanchos los alentarán. Y aunque hoy desaparecieron mis quimeras, sé que como las estrellas de Buero Vallejo, en la oscuridad están.

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