Consejos a los penepés vegabajeños

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez DVPR

1. No ensalcen lo malo que se hizo de 2005 a 2012.

2. Traten de encontrar cosas buenas que se hubiera hecho por la Legislatura Municipal de 1977 a 1980 y en los cuatrienios de 2005-2008 y 2008 a 2012 y difúndanlas. Hablen y escriban de los errores que se cometieron abiertamente, la autocrítica  ayuda a liberar el estigma negativa de una fracasada gestión municipal.

3. Traten de apoyar a líderes nuevos y personas que no estuvieron o participaron en actividades equivocadas o personas señaladas públicamente. La política partidista es percepción y es como un imán, atrae o repele de acuerdo a la calidad de su fuerza.

4. No ataquen las cosas buenas que haga la presente administración, porque eso asalta la inteligencia del ciudadano promedio que día a día puede ver otras realidades. Escojan mejor plantear otras opciones que pudieron haberse dado u otras para mejorar las que se hicieron.

5. Planteen soluciones a nuestros problemas locales con ejemplos exitosos de otros municipios de Puerto Rico.

6. No permitan ni participen en redes de comunicación cuyo propósito sea desmoralizar al oponente mediante ataques personales y bajunos. Eso sólo satisface al que lo escribe y generalmente no se gana votos con este tipo de escritos.

7. Nunca concedan a políticos de otros niveles dentro del Partido Nuevo Progresista, especialmente del Comité Central, que les pauten ataques genéricos a su oposición, Eso no es efectivo. Cada ataque tiene un fundamento y tiene que conseguirse dentro de la realidad local.

8. No permitan la connivencia para eliminar candidatos. Las acciones de este tipo generalmente se dan cuando un candidato para eliminar la oposición de otros, radica querellas por conducta a otros ante los comités de evaluaciones. Eso trae división y enojos en los partidos, que por autonomasia, son así mismas divisiones de la sociedad. Quien divide, pierde. Quien une, gana.

9. Estudien la historia política. He escuchado hablar de que » nunca antes se había dado esto» o de «somos los primeros» y cosas por el estilo. Si no saben, no afirmen. Mejor es permanecer callados. La ignorancia del pasado es un arma fuerte contra los que presumen  saber las cosas. Y los políticos tienen que educarse si quieren triunfar. Su primer análisis debe ser el qué somos y el qué fuimos, para poder presentar una buena alternativa al pueblo.

10. Los políticos en general son personas vanidosas que nunca admiten que mirándose al espejo son ellos los que inician su campaña política porque creen en su capacidad. Luego organizan grupos para decir que el pueblo los reclama. Finalmente el yo prometo y soy el mejor reafirma la percepción de sí mismos. Cuando meten la pata, la culpa es de todos menos de ellos. Cuando son atrapados en delitos, niegan hasta que tienen que admitir que están arrepentidos. Lo mejor es pensar en decir la verdad desde que se miren en el espejo, declarando sus debilidades y defectos para reforzar la áreas vulnerables, compartir las ideas de los grupos de apoyo y apoyar las ideas positivas del contrario haciendo las reservas pertinentes y señalando cómo se haría mejor, para que no lo vean como un destructor sino como un innovador, que al fin y al cabo es lo que quiere ver la gente.

Eso nos lleva a pensar que los que vayan a dirigir el penepé deben traer una hoja de vida de responsabilidad y éxito. Deben ser personas con conocimiento, educadas, experimentadas y de buenas costumbres. No pueden tener flancos cuestionables ni deben tener en sus equipos de trabajo gente con pasados nebulosos. Un solo acompañante que tenga pensamientos o vierta expresiones negativas, compromete a los equipos y a los candidatos.

Los candidatos deben ser personas exitosas en su vida privada. No se deben traer personas al ruedo político que digan que van a hacer maravillas cuando su vida privada es un desastre o que lo que traigan sean excusas para explicar lo que no pudieron hacer, en lugar de demostrar que tienen la capacidad para alcanzar sus metas.

Cualquiera puede ser candidato. Pero un pueblo inteligente no debe escoger candidatos que no cumplan los requisitos sociales para ocupar un puesto de direccción pública Estos deben ser, entre otros: honestidad, lealtad, capacidad, sensibilidad y sacrificio.