Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
La Honorable Janet Miranda me honró al nombrarme miembro de la Comisión Bicentenaria de la Legislatura Municipal. Ya tuvimos una reunión de constitución y nos encontramos afinando los propósitos y actividades.
Yo creo que nunca había sido el momento más preciso para estudiar la historia de esta institución. La encuesta del Diario demuestra que una gran parte de nuestros usuarios no puede opinar sobre la misma por falta de información. Tal parece que la Comisión deberá tener una misión de divulgación, pero esto no puede ser para dejarlo en libros, folletos o revistas ocultas. Esto debe ser una misión continua de parte de nosotros, de la Legislatura Municipal y de los ciudadanos.
Me impresiona que mis compañeros de la Comisión, Janet, Jose Luis, Aida Idin, Rochelly, Wilhem y Diosdado sepan tanto y tengan tanto interés. En los últimos ocho años no existió ninguna iniciativa que rindiera frutos dentro de la Legislatura Municipa. Incluso, dejaron pasar la fecha en que se cumplieron los doscientos años.
Hay muchas historias del Consejo Municipal que luego evolucionó en una Asamblea y finalmente con el nombre de Legislatura Municipal. Básicamente, se trata de un contrapeso de poder al ejecutivo municipal que conocemos como alcalde. Con la Legislatura Municipal se limita y se fiscaliza el poder ejecutivo. Eso hace que el poder se diluya, se eviten abusos y se puedan anticipar excesos.
Le Legislatura Municipal, si cumple sus funciones adecuadamente, es el instrumento de representación más completo para los ciudadanos. Aunque generalmente son escogidos por el alcalde y representan un partido, solo su obligación con sus constituyentes es más fuerte que cualquier otra lealtad. Es por eso que están investidos de inmunidad, para que tengan la libertad de expresarse y actuar sin ninguna clase de ataduras, salvo la que le une al servicio del pueblo.
Las minorías solo existen dentro de la rama legislativa municipal desde 1960, por una ley que impulsó Don Luis Muñoz Marín desde su posición de gobernador. La presencia de asambleístas mujeres comenzó en 1932 y solo desde 1977 el Secretario de la Legislatura Municipal en Vega Baja lo ejerce una persona distinta al Secretario Municipal.
En 1976 se eligió una Asamblea Municipal de un partido político distinto al del alcalde electo. Antes de esta fecha, nunca ocurrió en nuestra ciudad ni tampoco ha vuelto a pasar. La posición del Secretario Municipal tardó muchos años más en ser ocupado por una mujer por primera vez.
Las Actas de la Rama Legislativa Municipal son los primeros documentos a ser investigados cuando se hace una historia de un pueblo o ciudad como Vega Baja pues es ahí donde el alcalde y sus funcionarios vienen a vertir información en primera instancia, es donde también hay expresiones sobre los asuntos de los ciudadanos y donde todo el dinero recibido y empleado se reporta.
En las actas también se vierten los acuerdos que se convierten en resoluciones u ordenanzas. A diferencia de la Asamblea Legislativa que tiene dos cámaras de filtración, la unicameral municipal se encarga de la doble función fiscal y de confirmación de nombramientos.
Desde 1970 he estado estudiando los documentos municipales que se han generado en Vega Baja en toda su historia. Fui colaborador de los que organizaron el Archivo Municipal, mi mentor Luis de la Rosa Martínez y Genaro Otero Campos. También he accedido a los Archivos Pares de España y al Archivo General de Puerto Rico. Desafortunadamente, todo ese ejercicio de conocimiento lo que me da es sed de saber más, de compartir con otros que sepan y de difundir lo que todos hagamos. Es tambien importante interpretar y rectificar errores.
Tengo mucha fe en los compañeros de la Comisión Bicentenaria. Pertenecí a la de 1976 y aprendí que el trabajo conjunto produjo ideas que luego fueron resultados permanentes. Eso también lo espero de esta nueva oportunidad histórica que tenemos.

