Opinión| Se Inscribe el Partido Independentista Puertorriqueño

BANDERA_PIP

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez DVPR

Me envían la buena noticia de que se ha inscrito el Partido Independentista Puertorriqueño.

Esta fue la expresión de la Senadora Maria de Lourdes Santiago:

 «Logramos la inscripción del Partido Independentista Puertorriqueño. Gracias a los compañeras y compañeras que con tanta dedicación fungieron como notarios ad-hoc y colaboraron con las demás tareas de la inscripción. Gracias también a todos los que nos apoyaron con su firma»

 Aunque soy estadista, mi amigo Edgardo López me pidió ayuda y firmé la petición de inscripción. No lo hice en el clandestinaje, por eso lo reafirmo públicamente.

El independentismo es una minoría histórica en nuestro pueblo. Pero tienen muchas verdades en sus argumentos de cada época y sobre todo, han defendido la puertorriqueñidad como nadie. Sus teorías políticas, mezcladas con otras ideas extranjeras como el socialismo y la creencia equivocada de que los populares son los auténticos defensores de la patria, han sido dos factores que han hecho que el ideal de libertad absoluta no haya progresado.

No hay razón alguna para que los que creen en ese ideal, no tengan la oportunidad de desarrollarse. El cristianismo, como ejemplo, tardó siglos en forjarse como una creencia generalizada por lo que siempre hay que dejar los espacios, como el independentismo, para las salidas honorables de la nación que somos.

Pero hay más. Para muchos estadistas que quieren derrotar al estadolibrismo, les parece que el independentismo sería su segunda opción. A mi me parece que eso es un error de juicio, porque choca con la máxima de que el que quiere lo más, puede conformarse con menos.

 Para mi, desde el punto de vista político y económico, me da seguridad estar unido a Estados Unidos. Yo no me siento un ciudadano de segunda categoría, sólo no voto por el presidente ni congresistas en mi lugar de residencia, pero si viajo libremente a donde residen mis hijas en Maryland o Florida, podré ejercer mis derechos electorales y hacerme sentir mejor que ahora dentro de las esferas de poder que nos dominan.

Los estadistas que crean en esa meta política deben ser firmes. No pueden atender al desánimo de los que dicen que los americanos no darían la estadidad. Si sentimos ser parte de los Estados Unidos de América, tenemos que dar la batalla primero para convencer a los puertorriqueños en Puerto Rico y luego ir a los foros correspondientes con nuestras verdades y determinaciones.

 En los últimos años se ha dado dentro del Partido Popular el fenómeno de la indefinición o de la multiplicidad de definiciones, resistencia y hasta temor institucional al cambio. El estadoísmo y el independentismo quedarán como opción cuando haya el convencimiento generalizado de que el estadolibrismo paraliza las aspiraciones de nuestros ciudadanos.

 Muchos de los que estamos desde afuera creemos que los populares tienen, en este momento, la llave para abrir puertas. Lamentablemente, como el poder da más poder y adeptos, es difícil convocar a cambios que puedan poner en riesgo la administración pública ganada por ese partido, desde donde se puede poner en su lugar el muro de contención de la inacción, del nonismo y del ningunismo.

 Dí mi firma para reinscribir al Partido Independentista Puertorriqueño por ser un partido de tradición que alberga a muchos buenos vegabajeños y puertorriqueños que sin poder ni recursos hacen lo mejor que pueden para mejorar a nuestra sociedad. A veces aciertan y aportan en el mundo de las ideas y realizan actividades y hechos concretos de progreso.

 Sabiendo que nadie tiene el monopolio de la verdad, hay que tener esos canales abiertos. De hecho, es la segunda opción de las principales tendencias de este pueblo que son la estadidad y el estadolibrismo. La estadidad no puede evolucionar hacia la independencia, pero el estadolibrismo sí. Igual, el estadolibrismo podría aspirar hasta la estadidad, ya que tiene la mitad del camino ganado…

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