El Camino Equivocado de Leniel Aponte De León

Leniel Aponte de León
Leniel Aponte de León

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez DVPR

En el espacio de Facebook de esta persona hay expresiones insolentes y retratos manipulados del alcalde Marcos Cruz insinuando de que es homosexual.

Si a las imágenes trucadas le quitamos la cara y le ponemos la de Lenier, el efecto es el mismo. Esa gracia la puede hacer cualquiera, pero las actitudes homofóbicas o con la intención de causar daño a la reputación, no es una gracia. Es un problema del cáracter y tal vez la personalidad del que lo hace y del que lo reproduce o lo permite en su espacio, especialmente cuando hace comentarios aprobándolo.

¿Quién en ese personaje? Si es un estadista, daña el mensaje del ideal. Si es un PNP, señala la homosexualidad como un defecto, lo que no es. De inmediato le puedo mencionar a varios de sus compañeros de partido, que han sido funcionarios municipales estatales y municipales que son homosexuales y han sido excelentes servidores públicos.

Pero no. A ellos no les gustaría que al evaluarlos, les señalaran como defecto su tendencia sexual.

Leniel tiene que buscar en sus adentros las raíces de su amargura. Debe recordar el destino de Roberto Arango, quien vivía una doble vida y tuvo que dejar el servicio público. Se le recuerda mayormente por su público desprecio por la comunidad gay, terminando públicamente descubierto en esta clase de relación. !Qué ironía!

La vida privada de cada cual, mientras no incida en corrupción pública, debe ser respetada. Marcos Cruz no es homosexual, pero si lo fuera, tendría la honradez personal de decirlo porque es un hombre honesto. Pero además, no hay ningún hecho que se conozca por la cual uno pueda llegar a esa conclusión.

Si conocen la historia íntima de los políticos y en especial por los que han pasado por nuestra alcaldía, podemos hablar de excesos de algunos de nuestros primeros ejecutivos. Unos han tenido relaciones públicas con damas de su misma área de trabajo, estando casados. Otros se han divorciado y vuelto a casar, mientras que algunos han tenido hijos fuera del matrimonio. Eso no me lo inventé yo, eso es historia.

Cada cual busca su felicidad de cualquier manera, pero no podemos imponer normas de moral estricta para unos y no para otros. Lo que plantea sin fundamento Leniel cae, pues, en la política del embarre y la barricada. Es rociar con excreta para que las cosas tengan mal olor, pero no hay duda de que el que la dispersa, la saca de sí mismo.

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