Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

Dos músicos, Egui Prado y Miguel Ojeda, han protestado públicamente por la determinación de Marcos Cruz Molina de no presentar músicos vegabajeños pagados en las Fiestas de Pueblo de Vega Baja, a celebrarse en el mes de octubre próximo.
Todos sabemos que ya el Gobierno Municipal no tiene los recursos de antes y que los trabajos son temporeros y escasos. El alcalde hace lo que puede con las limitaciones presupuestarias. No hay más obreros, ni policías municipales, ni servidores públicos adicionales en las oficinas, sino limitaciones a los servicios por falta de personal. No hay queja con los que están, eso es una verdad, porque esos hacen su trabajo responsablemente y no se conoce discrímen a ciudadanos.
Pero por otra parte, la noticia nos dejó fríos. Ver esa lista incipiente de artistas vegabajeños nos hizo mirar retrospectivamente y ciertamente no encontramos parangón en el pasado cuando el Partido Popular ha gobernado, porque siempre favoreció a los artistas locales.
Se está hablando de un boicot de los artistas vegabajeños en la Rumba Vegabajeña o de una protesta pública al alcalde en esa celebración. ¿Porqué no, si el primer boicot viene de la oficialidad, con los recursos en mano para afectar a los que se supone que sirva el Gobierno Municipal?

Ese fallo del alcalde viene desde el primer año. El da por consentidos todos sus actos por un pueblo que ha demostrado apoyarlo en sondeos y encuestas. Pero la realidad es que la historia no lo coloca como un gran favorecedor de la promoción musical entre artistas vegabajeños. En 2013 el anuncio mostraba prominentemente a los artistas de fuera de nuestra ciudad y sólo el cantante Pedro Brull aparecía en la promoción.
En 2014 se presentó a varios músicos vegabajeños, distintos a los que habían participado en el primer año de esta administración. La proporción de presentaciones era igual de exigua y la proporción de recursos disponibles se iba para pagar músicos de fuera de Vega Baja.

He escuchado, de algunos empleados públicos, incluyendo funcionarios, varias justificaciones a la aparente política reiterada del alcalde. Unos dicen que él cumple lo que le piden, otros dicen que los músicos locales no están a la altura de los de afuera y que es la única oportunidad de ver a los de afuera en el terreno vegabajeño.
Bueno, en toda ecuación hay al menos dos partes. Pero es decepcionante que mientras muchos vegabajeños luchan por lo nuestro, otros, que se supone que sostengan ese interés y que se les ha dado el poder para eso, no los apoyen. Somos una unidad que no puede pensar en servir a otros, con buen resultado. Por eso, a la hora de ejercer el poder, no se puede sacar del objetivo principal que se sirve a los vegabajeños, a sus valores y su cultura. De hecho, la celebración tiene que ver con la historia de Vega Baja y debemos celebrarla entre los nuestros y con los nuestros.
La música es uno de esos elementos culturales, tal vez el que más convoca audiencia viva. No podemos equivocarnos. Cualquiera que sea el criterio del alcalde, no está justificado.