Se agenció el premio de Lanzador del Año en la Appalachian League

En el béisbol como en la vida, a veces es bueno saber de todo. Pensando en esa línea, ahora es que Iván Dereck Rodríguez aprecia las siete entradas que su dirigente le hizo trabajar como lanzador cuando estaba en su último año de escuela superior.
Por su pedigrí de llevar la sangre y apellido de uno de los mejores receptores en la historia de las Mayores, Iván Rodríguez, el dirigente sabía que Dereck había heredado un fuerte brazo y lo movió de sus posiciones usuales de receptor y guardabosque para subirlo a una lomita. Cinco años después, Dereck parece haber completado una metamorfosis a lanzador.
La pasada semana Rodríguez fue seleccionado como Lanzador del Año de la Appalachian League, de nivel Rookie, al recopilar 5-2 con 2.65 de ERA en 10 salidas para la novena de Elizabethton, de la organización de Minnesota.
“Me siento muy orgulloso con esto pues trabajé muy duro en la mecánica para hacer lo mejor que podía y tratar de que mi equipo ganara muchos juegos. Mi equipo me ayudó mucho, en especial el ´pitching coach´ Luis Ramírez”, manifestó Rodríguez, quien fue ‘drafteado’ como jardinero en la sexta ronda del sorteo del 2011 por los Mellizos.
Luego de probar suerte durante tres años en el nivel Rookie y en la Liga Profesional Roberto Clemente, en el 2014 inició su primera campaña como lanzador, con mucha paciencia y con pie firme, además de que tuvo al alcance de su mano la ventaja del consejo de su padre, experto manejando lanzadores.
Una lesión no permitió que jugara más con los Indios la pasada campaña, pero una vez rehabilitado, inició el 2015 en la categoría Rookie, pasó a Clase A y llegó hasta A+. En junio, en tan solo la cuarta salida de su carrera, el derecho llevó un ´no hitter´ hasta la séptima antes de ceder un hit, todo ante la mirada de su padre.
“Pues a él le gusta (el cambio). Vino a verme y le gustó”, dijo Dereck. “Me ha ayudado mucho a aprender cómo tirar en ciertas situaciones y a cómo lanzarle a cada pelotero. El me llama cada vez que tengo una salida y al parecer está contento. El creía que yo podía batear, pero no es decisión de él ni mía. Es de la organización”.
Y de esa organización Dereck dijo que aprecia la paciencia, el apoyo y el buen trato que le han brindado, especialmente de instructores y coaches, que le han ayudado a desarrollar sus lanzamientos hasta tocar las 95 millas, aunque consistentemente está entre 92 y 93.
Ahora, luego de finalizada la campaña, se tomará unas semanas de descanso antes de enfilar hacia Puerto Rico, ya que espera estar desde el primer día con los subcampeones Indios de Mayagüez.
“Ya me siento mucho más cómodo tiro con más confianza. Estoy muy agradecido de gente como Rafy Chavez (coach de lanzadores Mayagüez) y Álex Cruz, que es su ‘bullpen coach’ y siempre me está texteando. Con Álex es que voy a trabajar allá para ponerme más fuerte”, agregó.
“Me siento muy bien. Yo era OF y catcher toda mi vida. En grado 12 tiré esos innings, el dirigente vio que tenía buen brazo y me dijeron que me iban a trabajar. Y ahora estoy aquí. Pero mientras tenga un uniforme no estoy preocupado. Si puedo jugar pelota no me importa la decisión”, finalizó.