Lección final del maestro en un recinto maduro

IMAG3551Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

La consideración del presupuesto es un asunto recurrente cada año para todas las legislaturas municipales de Puerto Rico. También es usual que el organismo se convierta en un sello de goma cuando comparte el poder con un alcalde del mismo partido. Así ha sido tradicionalmente en Vega Baja y los demás municipios,  porque la permanencia de cada legislador municipal corre con la confianza del primer ejecutivo y generalmente se reciprocan, de parte y parte, el representante electo del ejecutivo, que es el alcalde y cada legislador municipal.

Esa es la tradición. Ayer, un maestro de minoría minoritaria, porque no hay otra minoría más pequeña, trajo un elemento que puede haber cambiado la mentalidad de los legisladores municipales de Vega Baja. De hecho se plantearon asuntos generales de errores éticos en los que podrían incurrir por costumbre y tal vez sin intención, si algunos legisladores municipales no decidían inhibirse del proceso.

Muy inteligentemente, se consultó en primera instancia con el abogado de la Legislatura Municipal, Lcdo. Irving Nieves, y se optó por no considerar la pieza del presupuesto hasta que se tenga claro que algunos legisladores municipales no incurrirían en problemas legales o señalamientos.

En el Diario Vegabajeño de Puerto Rico, Ojeda escribió un corto artículo sobre dos aspectos del presupuesto que aparentemente pusieron a pensar a sus compañeros. Ese maestro de secundaria y profesor universitario es el legislador municipal de más antiguedad en servicio activo en dicha rama legislativa. Anoche, mediante una iniciativa de la legisladora Aida Idín Martínez Santos, sus compañeros le reconocieron sus cualidades, en una despedida que le hicieron desde el hemiciclo por ser la última sesión ordinaria a la que asistiría. Miguel Ojeda se retiró efectivamente el 30 de junio.

Siempre hubo alguno que otro de los que postulan que el fin justifica los medios y que la prioridad era aprobar el presupuesto. Pero en esa teoría de mayorías avasalladoras, cuando se produce el resultado en medio de una advertencia se llevan la honradez individual de sus propios socios y los exponen a investigaciones, hallazgos y señalamientos de las autoridades fiscalizadoras. Anoche no se dió ese salto al vacío. Los legisladores municipales reconocieron no ser acróbatas sino ciudadanos que tienen un responsabilidad que cumplir sin ataduras emocionales, económicas ni políticas, porque la salvación, como la del alma, es individual.

Miguel Ojeda hizo claro que no estaba detrás de la cabeza de nadie, aunque sean sus contrarios políticos. Es un ser agradecido de los distintos compañeros que en lo largo de su jornada por terminar, le escucharon, respetaron, acompañaron y le permitieron sus planteamientos. Incluso dijo que después de postular ante cerca de cinco o seis presidentes distintos de la Legislatura Municipal, con Ebrahim Narváez es con quien más cómodo se ha sentido. 

Esa solidaridad que vieron mis ojos y que anoche escucharon mis oídos me hacen sentir optimista. La cosas no sólo tienen que estar bien, sino que si se puede, deben hacerse perfectas. La lección final del maestro es también la actuación perfecta de un cuerpo colegiado que busca las mejores opciones para hacer un trabajo dentro de los parámetros de la ley y las buenas costumbres.

Deja un comentario