Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Es un secreto a voces. Lo saben Pierluisi, Rivera Shatz y Ricky Rosselló. Un sondeo interno del partido lo confirma y está en la boca de muchos vegabajeños. Curiosamente, de ese sondeo surge el aprecio que los penepés de la base tienen al convicto Edgar Santana, cosa que rebasa toda lógica.
Pero tampoco se esperaba que él ganara en 2005 porque ya había perdido en las elecciones del 2000 anteLuisitoMeléndez. De lo

que hablo que hasta ahora menciono es la posibilidad que tiene cualquiera de los tres candidatos al día de hoy para ganar la alcaldía de Vega Baja. Acá hay nerviosismo y allá, que no les importa mucho la ganancia del municipio, quieren los dos precintos para salvar una mayoría contundente en la Cámara de Representantes y el Senado. Y ya se está moviendo el juego de sillas.
Hay quien dice que el actual Presidente José Galán no está interesado tanto en la oportunidad de ser alcalde como la de poder quedar en el ajo de la cosa. Pero si gana las primarias seguirá luchando porque si el PNP gana
en el nivel central, el ganaría aun perdiendo. Otro candidato, Miguel Angel Figueroa, articula muy bien su exposición y tiene experiencia en varios frentes administrativos y políticos, pero es el menos conocido de los tres y fuera del ambiente político entra a la candidatura con problemas de reconocimiento social. El más conocido es Tito Cordero porque es original de estos lares, ha sido comerciante y deportista y ha ocupado posiciones en el gobierno.
Hace algunas décadas, un amigo penepé vino a informarme de que iba a lanzarse como candidato a la alcaldía de Vega Baja. Yo le expliqué que mi perspectiva era que aun cuando el PNP ganara en el nivel estatal, no había manera de sacar a Vega Baja de los populares. Desde sus inicios, Luis Meléndez Cano se había consolidado como una persona carismática que fácilmente arrancaba votos de todos los partidos. Para mí fue una pena que David Hernández Torres nunca hubiera podido aspirar a un cargo fuera del ámbito legislativo porque tenía respaldo dentro del PNP pero una cosa son los deseos de personas honestas de servir bien y con ideas y otra el universo de votantes en un evento electoral.
Vega Baja será un hueso duro de roer. Aun a estas alturas en que la crisis Santana Rivera-Hernández González queda distanciada de los cabos sueltos que aun quedan localmente y que la mayoría histórica que obtuvo Marcos Cruz puede haberse desinflado en el peor de los casos, debe aun tener una mayoría cómoda que le permita ganar. Esto es así porque no ha hecho lo que un ciudadano normal toma en cuenta para buscar mejores opciones. No tiene escándalos, ha administrado bien, cuadrando el presupuesto, dando un pedazo del todo a todos, anunciando casi diariamente un nuevo proyecto o la realización del mismo.
Donde yo estimo que el Partido Popular no tiene oportunidades es en los
distritos senatoriales y representativos. Los senadores actuales con seguridad revalidarán con la ayuda del poder político penepeísta de San Juan. Es una costumbre y hasta reglamento apoyar a los incumbentes.
Tatito, que me ha terminado por caer bien porque siempre da cara aun en la más terrible adversidad y explica desde su punto de vista los boquetes en que la administración lo ha dejado caer -y que él se ha dejado caer, en ocasiones a regañadientes- no veo que tenga opción de revalidar como representante del Distrito 11. En Dorado
manda su adversario gratuito, en Vega Alta ganaría Chabelo o María Vega y Vega Baja no le daría los suficientes votos para reelegirse. 2016 no es 2012. Para este distrito no tengo claro quienes son los que aspiran pero en la tradición personal de favorecer a los vegabajeños de todos los partidos, hay dos candidatos de nuestra ciudad que está en carrera, que son José (Cano) Montes y Duhamel Adames. Posiblemente los populares
locales reciproquen a Rafael (Tatito) Hernández, por el apoyo que ha brindado a
la administración de Marcos Cruz y por sus vínculos familiares y de convivencia con los vegabajeños, pero ya tiene un candidato del que preocuparse en unas primarias internas, echado y respaldado por el alcalde de Dorado.
En el Distrito Representativo 12 que corresponde al oeste de Vega Baja con otros municipios colindantes, los partidos en nuestra ciudad siempre tienen una desventaja para colocar candidatos. Pero si hubiera una oportunidad para un vegabajeño que quisiera servir en la próxima legislatura, me gustaría ver a Tito Cordero postularse por el Partido Nuevo Progresista. Creo que tiene la experiencia política, tiene sus propios medios económicos y es conocido por los nuestros y aun fuera de Vega Baja. No tiene hachas que amolar, es honesto y muy apreciado. Sé que en los círculos metropolitanos lo distinguen y sólo necesitaría el compromiso de los comités municipales para tener una candidatura exitosa. Si decide dar ese paso, que no sé siquiera que lo haya considerado, los otros precandidatos vegabajeños debieran apoyarlo en gesto solidario y por la unidad de la colectividad. Sé también que como buen vegabajeño, podría ser invisible la distancia tradicional de incumbentes ejecutivos y legislativos de distintos partidos si Marcos Cruz fuera el alcalde y él representante.
Yo no tengo nada que ver con la política partidista y mucho menos con el Partido Nuevo Progresista, al que no pertenezco. No aspiro a tener contratos con nadie del gobierno o la política ni favorecer a nadie que los tenga. Mi vínculo personal y el de mi familia con la política partidista en muchos partidos políticos y mi experiencia en una historia de cien años me permite ver la diversidad y las oportunidades. MI único interés es que Vega Baja esté bien administrada por un alcalde, una legislatura municipal, representantes, senadores y gobernador que respondan a nuestra necesidad de progreso y felicidad colectiva. Eso está muy lejano de la aspiración de poder de los partidos políticos que cargan con el talento y la mediocridad a la misma vez.
La alternativa real para lograr nuestras aspiraciones no está, pues, en el combo, sino en las piezas individuales y separadas y cada una hay que analizarla en sus propios méritos.