Hoy concluye el ayuno y oración en Vega Baja

DIA 36 DE 40 4

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez DVPR

Thomas Jimmy Rosario Martínez 2013La espiritualidad es uno de los elementos que definen los pueblos. La identidad colectiva, separada y propia como la de  Vega Baja ha ido buscando entre las ideas de un ser supremo la más cercana a aquella que le conduzca por un camino de paz,  felicidad y esperanza.

Los aborígenes que nos habitaron sólo nos dejaron una idea de lo que creían por las expresiones del ambiente de la naturaleza, de la tradición de sus ancestros y de la interacción con otros grupos hasta encontrar su camino en la región del Sebuco.

Los españoles que nos colonizaron trajeron su tradición de Dios mezclado con sus empresas económicas. Los africanos que involuntariamente poblaron nuestra costa también emigraron con su propia explicación de lo que eran sus creencias.

Para fines del siglo XIX, la Iglesia Católica regía en el ambiente religioso vegabajeño. Las ideas liberales de los masones y libre pensadores, sumados a una fuerte presencia del espiritismo organizado, fueron afectando la hegemonía  del catolicismo vegabajeño. La presencia del protestantismo que vino luego de la invasión de Estados Unidos trajo el establecimiento de las distintas denominaciones, comenzando con la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera, establecida en 1903.

Todas las iglesias cristianas han evolucionado. Ni siquiera la católica, la más tradicional y antigua, es lo que fue el Siglo XIX o el Siglo XX. Ejemplos son el desuso de los ritos en latín, el uso de la mantilla y permitir la participación de hombres laicos, mujeres, niños y la música en las actividades usuales. Los sacerdotes y las monjas no son un mundo aparte y separado, son parte de nuestra comunidad y los vemos con su parte humana con virtudes y defectos dentro del respeto que les profesamos.

Hoy día tampoco vemos las batallas entre las sectas por prevalecer en sus doctrinas particulares. Se busca la armonía porque el principio de la cristiandad es la fe y la meta es la salvación por las obras y nunca por los procesos o el fervor por creencias o prácticas religiosas.

Anteriormente ha habido en Vega Baja actos llamados ecuménicos. Pero no había visto nunca tantos cristianos interactuar con tantas sectas distintas,  con la constancia y participación dentro de una unidad como la que trajo el ayuno y oración por los pasados 39 días.

Realmente he quedado impactado por el excelente y dedicado servicio que tantos buenos vegabajeños han prodigado a sus semejantes en esta jornada por el amor y la paz.

Hay que dejar consignado, en algún lugar de la historia vegabajeña este esfuerzo como un factor espiritual para mejorar nuestra sociedad. Hay nombres de organizadores, funcionarios públicos, sacerdotes, pastores y fieles que han sido el motor de esta gesta unitaria y que debemos recordar para siempre. Hay que agradecer además aquellos empleados del Teatro que sacrificaron su sueño para estar con nosotros y la participación de aquellos fotohistoriadores que mantuvieron la crónica diaria de los acontecimientos.

Vega Baja ha llegado a los cuarenta días con la certeza en la fe,  que por definición es la creencia en lo que no se vé. Creímos en un Dios de todos y en una voluntad colectiva para cambiar el panorama negativo de conducta social y una economía en decadencia. Creímos como vegabajeños en nuestra fuerza de cambio y que con la ayuda de Dios, nuestra ciudad es, a partir de hoy, otra cosa.

Mantengamos la fe y la voluntad de que una fuerza suprema ha contestado nuestra plegaria.

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