El crédito del éxito del Diario es de todos, como el de la Cuarentena de Ayuno y Oración

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez, DVPR

Thomas Jimmy Rosario Martínez 2013La sesión de hoy domingo tuvo que ver con el simbolismo de un gobierno justo, coincidente con el día número 12 de los Cuarenta Días de Ayuno y Oración.  La persona a cargo, desde el proscenio, hizo un reconocimiento a mi persona y al Diario Vegabajeño de Puerto Rico por la cobertura que le hemos dado a los Cuarenta Días de Ayuno y Oración y por las noticias positivas que estamos dando diariamente sobre nuestra ciudad.

Agradecemos la deferencia, pero es menester aclarar que aunque asistimos diariamente al evento por nuestra convicción personal de que es un manjar de excelencia para nuestro pueblo y sentimos esa maravillosa conexión y energía espiritual, no podemos aceptar, sino compartir con todos nuestros buenos amigos el crédito de querer informar la verdad.

Cuando comenzamos hace ocho años con El Diario Vegabajeño algunas personas criticaban nuestro medio porque no entendían que teníamos que exponer los problemas gubernamentales, sociales y de los ciudadanos para poder ser agente de cambio, mirando hacia el futuro. Mucha gente nos agradece nuestra gestión diariamente, otros en privado lo hacen y hay algunos que nunca lo han hecho. A todos los tomamos en cuenta y para todos trabajamos.

Creamos esto para hacer el bien. Nadie nos subsidia ni intercambiamos bienes materiales. Pero el que nos reconoce como cuando nos hacen sugerencias , lo aceptamos con humildad y nos produce estímulo además de pensar en nuestro próximo paso en una meta que nunca termina.

Los que nos honran con permitirnos publicar sus escritos contribuyen a un ambiente de balance en nuestra sociedad. Los que escriben, los que no escriben y los que sólo retratan y comparten su divulgación son los cronistas y fotohistoriadores del presente. Todos ellos son realmente el Diario Vegabajeño de Puerto Rico. Los que viven en nuestra ciudad y los que están ausentes. Los que aman y dan gracias a Dios por nuestro ambiente y por la calidad de nuestros compueblanos de todos los partidos políticos, religiones y pensamientos. Yo solamente dirijo el tráfico, cuido que lo que vamos a ofrecer sea de buen gusto y decencia y de vez en cuando doy valoración al día a día según lo percibo, pero todas las buenas ideas tienen cabida en este Diario.

El conocimiento, la experiencia y las opiniones son nuestras principales armas para ayudar a construir el futuro de nuestro pueblo. La búsqueda constante de la verdad es nuestro patrón y enfrentarnos a la verdad nuestra principal actividad. 

Solamente nos constituimos en la verdad cuando actuamos en compañía de tanta gente colaboradora que tiene tantas ideas distintas para hacer bien. Mucha de esa gente está presente en la cuarentena voluntaria de ayuno y oración, donde estamos conociendo la parte más bella de cada ser presente y podemos descubrir la nuestra, sin temor alguno. La actividad es exitosa porque los que asisten son auténticos.

Es por eso que podemos ver un cambio que los que no han compartido con nosotros, se lo están perdiendo. No busquen quién está dirigiendo o qué iglesia auspicia el servicio. El que verdaderamente dirige y nos permite meditar y orar en el mejor ambiente del mundo, no lo podemos ver…pero todos lo podemos sentir. Los demás son los instrumentos, los ayudantes, los que permiten disipar el camino de las tinieblas de nuestra mente para llegar a un nivel de ordenamiento mental que nos permita salir del Teatro América cada día.

Este es un evento histórico y aleccionador para los vegabajeños. Estoy tan seguro de que es didáctico que si pudiera integrarlo al currículo de la Escuela de la Historia Vegabajeña, todos los maestros y estudiantes, aprenderíamos la clave de una mejor vida vegabajeña.

Quedan 28 días. La bendición es tan grande, que no podemos perdernos ni un día, todas las mañanas a las seis. Venga con hambre y la mente cansada, dispuesto a sentir un cantazo eléctrico en su alma que le hará mejor persona. Se le irá el hambre o después podrá desayunar mejor, sus pensamientos se le organizarán y verá soluciones a su problema.

Es una experiencia que ayudará a los vegabajeños como sociedad a encontrar su verdadera unidad a través del espíritu individual, el colectivo y el del Dios de nuestros corazones.

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