Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

Hace más de cuatro décadas, cuando con Luis de la Rosa y Genaro Otero Campos organizábamos la parte histórica del Archivo Municipal, leí por primera vez actas de la Rama Legislativa de Vega Baja. Al principio ni podía entender la escritura, lenguaje y contenido de lo que me parecían jeroglíficos y asuntos difíciles de distinguir. Comoquiera, me dediqué a leerlas con pasión y ahí fui descubriendo la mejor fuente de historia para nuestro pueblo.
Mis primeros escritos sobre esa maravillosa historia fueron publicados en el Semanario Taino entre 1972 y 1974. En mis estudios conocí mucho sobre la formación del Gobierno Municipal desde sus comienzos como una institución pública de dos ramas, terminando con los nombramientos de personas a cargo de todo, que se llamaban tenientes a guerra.

En mi práctica de derecho llevé exitosamente casos para declarar la inconstitucionalidad de algunas ordenanzas municipales en Vega Baja y otros municipios, pero siempre seguí entusiasmado con la representación más genuina de la democracia, ya que se trata de personas elegidas por sus vecinos más inmediatos. Fui asesor legislativo en el Senado y la Cámara de Representantes de Puerto Rico de 1983 a 1986 y durante el cuatrienio de 1977 a 1981 se me consultaba por los asambleístas sobre asuntos que la mayoría legislativa del Partido Nuevo Progresista legislaba.
En 2005 presidí el caucus para la elección del Presidente y demás oficiales y juramenté protocolarmente a los miembros electos. El Dr. Reinaldo Del Valle me nombró asesor legislativo, pero Iván Hernández no quiso que yo continuara a partir de enero de 2006 cuando asumió la Presidencia de la legislatura Municipal de Vega Baja. Eso me llevó a ser consultado constantemente por la minoría popular e independentista de aquel tiempo y aun en el próximo cuatrenio, el entonces legislador municipal Marcos Cruz me solicitaba constantemente ayuda, la cual siempre he brindado para adelantar causas justas y honestas.
Siempre rechacé ser legislador municipal, que me fue ofrecido por el Partido Nuevo Progresista. También, nunca acepté ofertas de retribución económica por mi asesoramiento o participación con la Asamblea o la Legislatura Municipal. Pero he sido crítico de la deficiencia legislativa cuando la ha habido con señalamientos constructivos para el momento y para el futuro. Como ser vegabajeño es un sentimiento, prefiero saber que mis compueblanos dirigen sus esfuerzos a metas honestas y nunca a agendas comprometidas con factores personales o de terceros.
Anoche Ebrahim Narváez, Presidente de la Legislatura Municipal me pidió que me dirigiera a la Legislatura Municipal en ocasión de aprobarse el proyecto para crear la Junta de la Historia Legislativa Vegabajeña. Su gentileza me tomó desprevenido, pero me permitió hablar de un sueño hecho realidad.
Desde la Presidencia de Reinaldo Del Valle en 2005, insistí con todos los presidentes en crear una agenda para la conservación y publicación de la obra de la rama legislativa de Vega Baja. Con eso se le daba un lugar de importancia histórica que de hecho tiene la Legislatura Municipal y que también la tuvo bajo sus predecesores del Consejo y la Asamblea Municipal.
Lo que ha sucedido es que bajo nuestra política vegabajeña, la figura del alcalde, quien es el líder político de la mayoría legislativa, ha absorbido la trascendencia pública de los legisladores municipales. El opacar el brillo de una institución dos veces centenarias, de igual vigencia que la figura del primer ejecutivo, es una de las injusticias que ha marcado la historia vegabajeña. Eso no es un fenómeno nuestro, lo mismo ha pasado en todo Puerto Rico, en Europa y América.
Bajo la presidencia de Janet Miranda, se concibió la celebración tardía del bicentenario de la Legislatura Municipal. Aunque ella salió de su cargo antes de la celebración, continuó su proyecto y se logró hacer una actividad digna el pasado año, cuando se hizo una cancelación postal, una exposición y una ceremonia inolvidable, con la develación de los retratos de la Galería Presidencial. Posteriormente tuvimos conversaciones para lo que se debía hacer con ese punto de partida, pero una delicada circunstancia de salud en la familia del Presidente Ebrahím Narváez interrumpió todo plan. Afortunadamente, la mejoría de su esposa e hijo por nacer devolvió a Narváez a la acción y convocó una reunión con seis personas escogidas por él para formar un grupo asesor para darle continuidad a la agenda de carácter histórico que había acogido. Nos reunimos e hicimos varias sugerencias, una de ellas, la institucionalización de una junta asesora permanente para la preservación y divulgación de la historia de esa rama.
El Presidente Ebrahim Narváez mejoró la oferta del grupo. Lo convirtió en un proyecto de ordenanza municipal y anoche fue aprobado, por unanimidad de los miembros de la Legislatura Municipal. Como el mismo Presidente dijo en la descripción de su proyecto, es uno inclusivo, donde todos pueden participar.
Cuando la Legislatura Municipal elige el camino del respeto a su propia institución, no hay mucho que agregar. La mayoría legislativa del Partido Popular que dirige los procesos, está compuesta de novicios en esas lides, pero son personas responsables que trabajan junto a la experiencia de las delegaciones del PNP y el PIP. Eligieron a una mujer como Presidenta por primera vez en la historia, pero ahí no quedó su libro de récords. También hay el legislador varón más joven y la primer Sargento de Armas femenina. La Secretaria es la única en la historia que ha servido a presidentes de distintos partidos y posiblemente la que más haya servido bajo distintos Presidentes.
Me han hecho el favor y honor de incluirme dentro de la Junta de la Historia Legislativa Vegabajeña, gesto que agradezco sinceramente. Pero más me complace ver que hay un esfuerzo de parte de todos los legisladores de ser auténticos y honestos en su misión de servir a los vegabajeños y que eso se traduce en excelentes informes de comisiones y una legislación razonada e inteligente.
Eso ya no es que son los representantes más directos del pueblo sino también los más genuinos.