Por Thomas Jimmy Rosario Martínez DVPR
Amor es el pan de la vida, amor es la copa divina…(Pedro Flores)
A mis 61 años, tengo problemas con la definición tradicional del amor que dice que el amor es el sentimiento que mueve al ánimo a hacer lo que le place. De hecho, creo que los sentimientos son los más difíciles de abrigar en una descripción debido a que dependen del momento en que se piensan. Y el amor, como lo más alto dentro de los valores sociales, espirituales y religiosos, merece algo mejor.
La realidad es que el amor tiene una sola dirección. Es pariente de la paz y no puede tener apellido. Eso de amor enfermizo, por ejemplo, yo no lo acepto como amor. Y la sicología puede definir estados de la mente, pero el amor es solo uno que también se relaciona con el bien.
Los que creemos en una dimensión divina sabemos que el amor es el sentimiento más fuerte y más completo. Nos motiva a portarnos de acuerdo con la tendencia en una forma correcta porque es el camino más fácil y completo para quien tiene la mejor intención. Los trechos son buenos cuando la ruta no daña a nadie, pero el camino completo hace que nos sintamos seguros. El amor es eso tan especial, que propicia la selección adecuada en todo momento y produce resultados positivos.
El amor es uno, pero se puede manifestar en todos los seres vivos sobre La Tierra. Aunque no lo aceptemos por convencionalismos y confusiones sociales tradicionales, es amor lo que sentimos por nuestros amigos del mismo sexo, por los familiares cercanos y lejanos y por nuestros encuentros casuales con la gente, los animales y las plantas, que también tienen vida y sentimientos que a veces, no podemos entender.
All you need is love…(The Beatles)
La música me ayuda a encontrar experiencias del amor. Los versos, que cuando cantamos llamamos líneas, dicen muchas verdades de las manifestaciones del amor desde que se origina el concepto en la mente, cuando se manifiesta con una mirada, una sonrisa, una palabra o un encuentro físico y hasta cuando se produce el recuerdo.
Hay mucho por amar, pero es poco el tiempo que tenemos para hacerlo. Recibimos unos espacios de tiempo cortos para cada una de las etapas de la vida, lo que nos permite experimentar distintas manifestaciones del amor. Generalmente nuestro orígen se debe a una relación de amor y de embrión nuestras madres, padres y otras personas nos expresan el suyo de distintas maneras a pesar de la distancia física que el saco amniótico y la pared de la barriga separa. Ahí la vibración hace la comunicación.
Cierta música produce vibraciones confortables a los fetos porque la naturaleza del ser humano responde al estímulo de lo que conocemos como notas musicales. La notación musical no fue, pues, creada al azar sino que responde a la formación del cuerpo humano, que está constituído de movimiento constantes desde antes de su nacimiento hasta después de la transición o muerte.
Do quiera que tu vayas, Si te acuerdas de mi, La pena que me invade, Sol se ha de convertir, Fatalidad no existe, Resplandor en tus noches, Do quiera que tu vas. (Do quiera que tu vayas por Chago Avarado)
La música es poesía y generalmente de amor. La rima y la composición se pierden generalmente en la salsa y las baladas modernas, pero la poesía no se pierde, como anticipó Gustavo Adolfo Becquer: podrá no haber poetas, mas siempre habrá poesía…
Hoy día del amor, donde compartimos un estado ideal para motivar las expresiones del bien y la paz, los sentidos se nos agudizan para manifestarnos con palabras positivas y regalos de chocolates que tienen el ingrediente químico que estimula la felicidad. Propiciamos un buen encuentro agradable con los seres con los que por nuestro diseño no estamos unidos físicamente.
Hoy la flotación se agudiza porque nuestra mente nos da ese maravilloso sentimiento. Una pausa en el trajín diario para leer o escuchar un buen poema o una canción y de compartir lo mejor de nuestro interior, es el mandato lógico del momento. Una vez al año, no hace daño.