Declaraciones de la Directora de Comunicaciones |
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El Obispo de Arecibo, Monseñor Daniel Fernández Torres en estos momentos se encuentra de retiro formativo con el clero diocesano. Es por este motivo que yo doy la respuesta.
La Iglesia Católica en la diócesis de Arecibo tiene una política de cero tolerancia contra el abuso en unión con la Iglesia Universal, establecida públicamente desde que Monseñor Fernández Torres asumió su cargo como obispo. Cabe destacar que todos los alegados casos que se citan en el reportaje son anteriores a su llegada como Obispo.
Esta política establecida por Monseñor Fernández Torres desde que asumió el cargo como Obispo abarca todos los niveles de la estructura diocesana, con la prevención y la acción. Nuestro lema es que el abuso sexual es asunto de todos, por lo que un solo caso es demasiado.
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Como parte de esta política, en la diócesis de Arecibo se ofrecieron más de 30 talleres preventivos en parroquias y colegios, abiertos a toda la comunidad, en un esfuerzo colaborativo con la Policía de Puerto Rico y el Recinto de Arecibo de la Pontificia Universidad Católica.
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Además, se colocó material informativo en todas las parroquias, capillas, edificios y dependencias del Obispado de Arecibo, con información sobre cómo detectar, prevenir y actuar en contra del abuso sexual, incluyendo los números telefónicos para denunciarlo y buscar ayuda. Esta información también está disponible en la página web del Obispado de Arecibo (www.diocesisdearecibo.org).
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El personal del Obispado de Arecibo y de la Oficina para la Promoción y el Desarrollo Humano también recibió un adiestramiento, coordinado en colaboración con el Departamento de la Familia de Puerto Rico, con el objetivo de identificar posibles víctimas y conocer cómo canalizar la ayuda.
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Asimismo, el Equipo Consultivo contra el Abuso Sexual, Adicciones y Otros Desórdenes Graves fue convertido en una estructura permanente dentro de la diócesis, por lo que se están trabajando las fases de prevención y acción de forma constante y proactiva, incluyendo las nuevas guías para la formación permanente del clero y de los seminaristas, que se comenzarán a implantar en este próximo año académico de agosto de 2014 en el Seminario San José de la Diócesis de Arecibo.
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El Obispo ha reiterado públicamente que toda querella de conducta impropia que se reciba contra cualquier agente de pastoral en la diócesis se atiende de forma inmediata, de acuerdo al Protocolo para estos casos establecido por la Conferencia Episcopal Puertorriqueña, por lo que los católicos de los 16 municipios de la diócesis de Arecibo pueden estar tranquilos de que se están tomando y se tomarán todas las medidas necesarias pues “un solo caso es demasiado”.
Sobre el reportaje, destaco:-
Todos los casos que alegadamente se citan, son anteriores a la llegada del Obispo Daniel.
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El proceso a nivel eclesiástico es uno interno, donde se toman todas las medidas preventivas para evitar que haya alguna víctima, incluyendo pero sin limitarse a remover al sacerdote o ministro acusado del ejercicio de su ministerio mientras dura la investigación, como medida preventiva de protección a la feligresía. Además, se ponen al servicio de la víctima servicios sicológicos y de ayuda espiritual.
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La Iglesia católica no tiene cárceles. Cuando existe una acusación que puede pertenecer a la esfera criminal y el demandante ya es mayor de edad, se le informa a la persona sobre su derecho de radicar una denuncia ante las autoridades correspondientes de forma paralela. Si se tratase de menores de edad, existe una obligación de notificarlo a las autoridades si no se ha hecho al momento de presentar la querella en la esfera eclesiástica.
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Una vez ha sido removido el clérigo y mientras dura la investigación, según también lo reconoce el sistema de justicia en Puerto Rico, toda persona es considerada inocente hasta que se demuestre lo contrario. Por esta razón, le asisten todos los derechos constitucionales que acompañan a los acusados, incluyendo el derecho a ser protegido contra los ataques abusivos en contra de su honra e intimidad. Por esta razón, no es posible hablar públicamente sobre cualquier caso que pudiese estar siendo investigado mientras dure la investigación, como sucede también en el ámbito civil, pues además se podría ver afectada la investigación.
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Es lamentable que el desconocimiento de los procesos eclesiásticos pueda llevar a crear este tipo de desinformaciones.
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Por ejemplo, el reportaje objeta que supuestamente se “condecoró” al Monseñor Inaki Mallona como “Obispo Emérito”. Sobre el particular, deseo aclarar que el título de Obispo Emérito no es una condecoración, sino que es el equivalente al término “exgobernador”, para efectos civiles. Todos los Obispos que terminan sus funciones se convierten en Obispos Eméritos.
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Es común que los Delegados Apostólicos, como parte de sus funciones, visiten el territorio que se les tiene encomendado. Esto es parte de su función y no tienen nada que ver con protección o no protección a sacerdotes particulares. Sobre el exnuncio, Monseñor Wesolowski, ya la Conferencia Episcopal Puertorriqueña se expresó, por lo que es necesario esperar a que concluya la investigación.
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Es una pena que se intente enlodar el recibo de las reliquias del beato Papa Juan Pablo II en Isabela, por desconocimiento de los ámbitos de acción a nivel parroquial. El recibo de las reliquias fue coordinado por el Movimiento de Retiros para Jóvenes “Pázalo” a nivel parroquial, quienes tomaron la decisión de invitar al Obispo Inaki Mallona. Todos los Obispos Emértios, como sacerdotes que son, pueden celebrar Misas, por lo que no es raro que la parroquia lo haya invitado.
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Sobre asuntos en torno a las relaciones interpersonales o asuntos propiamente pastorales entre el Señor Obispo y alguno de los sacerdotes en particular, las respuestas se trabajarán personalmente con el sacerdote en cuestión y no a través de los medios de comunicación.
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