Carlos M. Ayes Suárez| HAY UN PUERTORRIQUEÑO PRESO POR SUS IDEALES

Oscar López Rivera
Oscar López Rivera

 

Carlos M. Ayes Suárez
Carlos M. Ayes Suárez

Hace treinta y dos años en los suburbios de la ciudad de Evanston del estado de Illinois, las autoridades policiacas llevaron a cabo el arresto de un grupo de puertorriqueños que alegadamente eran miembros de la organización patriótica Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). Esta se había dado a conocer por llevar a cabo varios operativos políticos en territorio continental para reclamar el derecho del pueblo puertorriqueño a su independencia y autodeterminación. Al igual que muchas otras organizaciones políticas que existían en Puerto Rico reclamando ese inalienable derecho, recurrieron al uso de las armas como una de sus tácticas políticas. Sostenían que Puerto Rico era una nación intervenida por los Estados Unidos de América y que el uso de las armas como táctica política para el alcance de su objetivo estaba reconocido por el derecho internacional.

Uno de esos revolucionarios (“freedom fighters”) alegadamente era el ahora prisionero político Oscar López. Quien fue encarcelado por el llamado “delito imposible” de conspiración sediciosa. Este lleva preso desde entonces y su excarcelación es reclamada de forma amplia por personas que creemos que su condena solo evidencia la hipocresía de un sistema político que acusa a otros países de la violación de los derechos civiles y humanos de los opositores a sus respectivos regímenes mientras mantiene en la prisión de Leavenworth al prisionero que más tiempo lleva confinado por razones políticas en el Hemisferio Occidental.

La vida de este prisionero político es reflejo de la vida contradictoria y complicada que vivimos todos en la colonia. Fue un soldado condecorado en la Guerra de Viet-Nam, compartió el exilio con cientos de miles de otros puertorriqueños que hemos tenido que emigrar buscando una mejoría en nuestras condiciones de vida y estuvo dispuesto a poner en riesgo su propia vida en defensa de nuestros derechos como pueblo. Pese a esto, nunca se ha podido obtener evidencia alguna de que haya sido el responsable directo de ninguna muerte o de delito alguno. Ha sido encarcelado como parte de una estratagema para criminalizar la lucha por la independencia de nuestro país. Paradójicamente, el resto de los coacusados por los mismos supuestos delitos, han recibido el indulto por parte del Presidente de Estados Unidos.

Hay muchas razones para creer que Oscar López debe de ser excarcelado; razones políticas y razones humanitarias. Siempre hemos creído que ambas razones son suficientes. Pero nos parece que en el afán de lograr hacerle justicia, debemos tomar en consideración de forma prioritaria las razones humanitarias. Lleva cumplidos treinta y dos años en prisión, es una persona vieja, ha tenido una conducta intachable en la prisión y su excarcelación es el reclamo de amplios sectores de la población. Nos parece que es una condena excesivamente larga. Por principios nunca hemos creído en la pena de muerte ni en las cadenas perpetuas porque ambas condenas representan una negación en la práctica del derecho constitucional a la rehabilitación del confinado. Si comparamos las condenas impuestas en Estados Unidos a personas convictas por delitos de lexa humanidad con las impuestas por otros países del mundo vamos a encontrar que el sistema judicial de Estados Unidos impone condenas mucho más largas que la mayoría de los países del mundo sin que la extensión de dichas condenas haya incidido de forma favorable en la disminución de la delincuencia del país.

En el momento en que el gobierno de Estados Unidos condenó a Oscar López por “conspiración sediciosa” se olvidó de que su propia independencia como país fue el resultado de una gran conspiración sediciosa contra Inglaterra y que como parte de dicha conspiración tomaron las armas contra los ingleses bajo el mando del General George Washington con el apoyo de su Ejército Continental y de sus guerrilleros “Minutes men” o “Wolverines”. El paralelismo entre las quejas de éstos contra Inglaterra y nuestras quejas en contra de Estados Unidos son muy parecidas. Se quejaban de “haber sido llevados allende los mares para ser juzgados por alegadas ofensas” y hasta llegaron a consignar sus quejas en la declaración de independencia de las trece colonias.

Ya la Legislatura Municipal de Vega Alta y muchas otras, al igual que el gobernador Alejandro García Padilla se han expresado a favor de su excarcelación. ¿Qué espera nuestra Legislatura Municipal para ponerse a la vanguardia de los tiempos? Apoyamos de forma incondicional la excarcelación de Oscar López y de Norberto González Claudio. 11 de julio de 2013.

 

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